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Para lo breve y específico

Claudio de Moura Castro, ex asesor del BID en el área de educación, es hoy presidente del comité asesor de Faculdade Pitágoras, una empresa educativa que sirve de forma directa a 15.000 estudiantes de primaria y secundaria en Brasil y brinda servicios de apoyo a 260 escuelas más. Pitágoras ha firmado un convenio de negocios con la Universidad de Phoenix, uno de los principales proveedores de educación superior virtual en Estados Unidos. El convenio creará una institución que ofrecerá diplomas universitarios en ciclos de cuatro años en más de 50 localidades brasileñas.

Castro ha escrito varios libros y artículos sobre tecnología y educación y sobre reformas en las universidades latinoamericanas. Está por publicar un libro que examina la aplicabilidad del concepto estadounidense de "community colleges" (escuelas superiores locales) al contexto latinoamericano.

BIDAmérica: ¿Es realmente posible que la educación a distancia, basada en Internet, sustituya a las aulas universitarias

Depende del tipo de enseñanza y del tipo de estudiantes que estemos considerando. Hay dos puntos cruciales: la edad y nivel de educación de los alumnos, y la extensión o duración del programa de estudios.

Es imposible que estudiantes jóvenes que no han completado la educación secundaria puedan seguir un curso extenso de educación a distancia. Sencillamente, carecerán de la disciplina y la concentración necesarias para realizar este volumen de trabajo sin supervisión. Al mismo tiempo, cuando se trata de un ciclo de graduación de cuatro años, el ingrediente de socialización pesa mucho. Convivir con los compañeros, trabajar juntos, recibir los comentarios y el respaldo de los profesores, todo esto resulta esencial.

Así que un ciclo extenso de graduación exigirá madurez en los estudiantes y una metodología similar a la que se utiliza en la Open University de Gran Bretaña, donde los estudiantes se ven físicamente un mínimo de dos veces por semana. En el caso contrario, el resultado sería un nivel increiblemente alto de desertores (se han visto niveles de hasta 95 por ciento).

BIDAmérica: ¿Es realista pensar en la educación exclusivamente vía Internet?

En algunas áreas sí, porque hay un número de cosas que se pueden hacer muy bien en línea. Internet es ideal para cursos de corta duración y para la educación de adultos. Cursos sobre cómo vender inmobiliaria, cómo programar computadoras en C++, o cómo hacer meditación transcendental. Básicamente, cualquier tema siempre que se trate de un ciclo corto.

Internet también se puede utilizar con efectividad para cursos universitarios tradicionales, pero sólo si se puede costear una metodología similar a la que utiliza la Universidad de Phoenix (UOP). Se supone que UOP tiene uno de los niveles más bajos de deserción en el campo de la educación a distancia, pero este centro trabaja únicamente con estudiantes maduros y hace una inversión muy, muy importante en tutorías en línea. Las clases son de tan sólo 12 estudiantes y el instructor sigue muy de cerca a cada uno de sus alumnos. Si alguien se retrasa un día en la entrega de su tarea recibe un mensaje electrónico o una llamada telefónica para investigar lo que está pasando.

Así que hay pruebas de que un curso largo por Internet puede funcionar, pero exige contacto cara a cara como en la Open University o un tipo de tutoría muy intensa, como es el caso de la UOP.

BIDAmérica: ¿Cómo cree que se desarrollará este fenómeno en América Latina?

En primer lugar, se producirá una explosión de cursos en línea para educación de adultos o para estudios continuados de capacitación profesional, porque son los más fáciles de ejecutar. Esto crecerá de una manera caótica y descontrolada, como ha ocurrido con el crecimiento de las ONG en la región. El problema va a ser que no habrá manera de que uno sepa qué va a obtener. Se hará necesaria la presencia de filtros, mecanismos de control de calidad de algún tipo que ayuden a determinar el valor de lo que se está comprando.

En menor escala, ocurrirá lo mismo con los programas universitarios. Se producirá una oferta muy amplia, la mayoría honesta, poco interesante y poco atractiva, de la misma manera que la mayoría de la educación superior de América Latina es honesta, poco interesante y poco atractiva. Habrá un puñado de cosas de muy buena calidad y otro pequeño porcentaje de oferta deshonesta. La mayor parte será un reflejo de la mediocridad que hoy vemos en la educación superior latinoamericana.

BIDAmérica: ¿Sería posible que universidades de EE UU y Europa se llevaran a los estudiantes de instituciones latinoamericanas con ofertas de este tipo?

En potencia sí. UNext (una compañía que prepara una oferta ambiciosa de cursos profesionales basados en materiales de las universidades de élite en EE UU) tiene una estrategia devastadora porque incluso gente que sabe poco reconoce los nombres de Yale, Harvard o Stanford.

Pero no creo que representen una amenaza para las universidades latinoamericanas porque, de momento, UNext ofrece cursos de educación continuada y se focaliza casi exclusivamente en el mercado de la educación empresarial. Y en América Latina, las universidades se ocupan muy marginalmente de los cursos de ampliación de estudios.

Si quieren ofrecer títulos universitarios normales, las instituciones extranjeras tendrán que cumplir con los requerimientos estrictos de acreditación que se aplican en la mayoría de los países de América Latina. En Brasil, por ejemplo, donde se está empezando a considerar la acreditación de programas de graduación a distancia, dichos programas están siendo investigados intensamente.

Pero en la mayoría de los países no se exige ningún tipo de acreditación a quien quiera ofrecer cursos de ampliación profesional o educación continuada. La clave en este punto es llegar a hacerse un nombre o una reputación con credibilidad. Así que pienso que las instituciones extranjeras van a hacer sus principales incursiones en este tipo de cursos cortos, no en los ciclos de graduación de cuatro años.

BIDAmérica: Dado que usted espera un grado tan alto de competencia, ¿qué será necesario para triunfar como proveedor de educación basada en Internet?

Calidad y escala. Cientos de instituciones ya están desarrollando cursos a distancia, pero la mayoría están invirtiendo menos de 1.000 dólares para preparar cada curso, con resultados obvios. Es básicamente una industria casera. Sin embargo, si se invierten 100.000 dólares para preparar un curso, con una calidad de producción a nivel mundial, entonces es posible que este producto se pueda vender a miles de estudiantes. Esta es la lección de Telecurso . Telecurso invirtió 1.000 dólares por minuto en sus programas porque quería que la calidad de su imágen fuera similar a la de la mejor programación comercial y que sus guiones fueran tan buenos como los del canal Discovery. Como resultado de esto, han conseguido una audiencia colosal.

Así que, si se apuesta grande, se multiplican los costos por 100, se multiplican los estudiantes por 1.000 y se acaba ofreciendo un costo educativo por estudiante muy barato.

La otra clave para conseguir un mayor volumen es asociarse. Incluso un gigante como UNext está apostando por unirse a instituciones locales fuertes en cada uno de los países donde incursiona. En la mayor parte de los casos, estos socios locales serán instituciones privadas porque las universidades estatales carecen de la flexibilidad gerencial necesaria para el lanzamiento de un proyecto de estas características.

Finalmente, las empresas comerciales tendrán una ventaja sobre las que no tienen fines de lucro porque si uno quiere hacer algo realmente serio, hace falta mucho dinero. Y muy pocas ONG reciben de inversores cheques por valor de 30 millones de dólares, como el que la Fundación Marinho (del Grupo Globo) recibió de la Federación de Industrias de São Paulo.

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