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Mujeres latinoamericanas ganan terreno en posiciones de gobierno

En Estados Unidos, el programa televisivo Commmander in Chief juega con la fantasía de una mujer Presidenta, pero en Chile han convertido esa fantasía en realidad. Los resultados de la elección presidencial del 15 de enero convierten a Michelle Bachelet en la primera Presidenta de ese país.

El triunfo de Bachelet puede ser un hito en la historia de Chile, pero no es gran novedad en América Latina. De hecho, la primera mujer que llegó a la presidencia en el mundo fue una latinoamericana: la vicepresidenta de Argentina, Isabel Martínez de Perón, quien llegó a la Casa Rosada en 1974 tras la muerte de su marido, Juan Domingo Perón. Al postular a la presidencia en 1973, el propio Perón decidió que la fórmula ganadora estaba en llevar a su esposa como candidata a la vicepresidencia, y por eso ella ocupó el más alto cargo de su país al enviudar. Además, la boliviana Lidia Gueiler, ocupó brevemente la posición de presidenta interina desde 1979 hasta 1980, después del golpe de estado que había desplazado al líder elegido.

Muchos consideran sin embargo que la primera Presidenta latinoamericana fue la nicaragüense Violeta Chamorro, porque fue la primera mujer elegida democráticamente como tal, al derrotar en las urnas a sus ex aliados del Frente Sandinista en las elecciones de 1990. Luego vinieron Janet Jagan, elegida Presidenta de Guyana  en1997, y la panameña Mireya Moscoso, quien llegó al cargo más alto de su país por decisión de los votantes en 1999.

Ecuador fue el primer país latinoamericano que tuvo una mujer en su gabinete ministerial, cuando Nelda Martínez ocupó brevemente el cargo de ministro del Interior en 1944. A partir de entonces, hubo una que otra mujer en cargos ministeriales y tres o cuatro en los parlamentos de algunos países latinoamericanos.

Pero fue recién en la década de los noventa que las mujeres de América Latina empezaron a hacerse notar masivamente en política. Algunas en altos cargos de gobierno, otras en el Parlamento, ocupando las alcaldías o escalando posiciones en el Poder Judicial, las mujeres políticamente poderosas dejaron de ser una excepción. La situación fue producto una combinación de causas: el creciente reconocimiento de los derechos de la mujer, el aumento de los niveles de educación, la consolidación de regímenes democráticos en la región y la promulgación de leyes de cuotas de género. El primer país latinoamericano que estableció una ley de cuotas que obliga a dar a mujeres un cierto porcentaje de cargos o candidaturas fue Argentina, precisamente en 1990, y ahora hay leyes de ese tipo en 12 países latinoamericanos. En Colombia, por ejemplo, es obligatorio que al menos el 30 por ciento de los cargos públicos en el Poder Ejecutivo sean asignados a mujeres.

Según un estudio del BID, escrito y recientemente actualizado por Eglé Iturbe de Blanco, había habido 429 ministras en América Latina hasta noviembre de 2005. El 56 por ciento de ese total -243 de las 429 ministras- fueron designadas en los últimos diez años.

Ministras en América Latina 1940-2005
Imagen eliminada.

 

Colombia y Venezuela son los países que más mujeres ministras han tenido, ya que ambos países sumados dan cuenta del 23 por ciento del total. Argentina, México, Paraguay y Uruguay son los países con menos ministras, señala el estudio, ya que en cada uno de esos países ha habido en total 12 ministras o menos. Lo significativo es que en Argentina, por ejemplo, las 12 ministras fueron nombradas a contar de 1995

El triunfo de Michelle Bachelet como primera mujer Presidenta de Chile es una prueba más de la creciente inclusión de las mujeres en la arena política. Pero todavía les queda camino por recorrer para llegar a la igualdad. En ningún país del mundo las mujeres ocupan el 50 por ciento de las posiciones de gobierno. Y las mujeres son el 50 por ciento de la población.

 

 

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