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Los institutos técnicos de enseñanza superior: ¿Modelos para América Latina?

Se ha resaltado a los institutos técnicos de enseñanza superior como una de las grandes innovaciones educativas del siglo XX. Se trata de instituciones que ofrecen capacitación post-secundaria por medio de cursos de menor duración que los brindados por las universidades de ciclo regular de cuatro años. Los programas educativos, que abarcan de uno a dos años de estudios, atraen a cerca del cincuenta por ciento de los graduados de secundaria tanto en los Estados Unidos como en Europa y han sido esenciales para la democratización del proceso educativo.

Dichas instituciones contribuyen a satisfacer la demanda de trabajadores más preparados, así como a reducir el desempleo entre la juventud, dos de los incipientes desafíos que enfrentan varios países latinoamericanos. Sin embargo, la región aún se encuentra en gran desventaja ante los países industrializados en lo referente a la formulación de programas de calidad para la creciente población que se gradúa de la escuela secundaria, entre la cual se encuentran muchos que anteriormente no hubieran tenido acceso a la educación superior. Las propias universidades latinoamericanas tradicionalmente no han considerado su misión más que en términos de brindar una amplia educación académica.

¿Serán entonces los institutos técnicos de educación superior la solución que América Latina necesitaba para satisfacer las demandas de sus estudiantes?

Un libro recientemente publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo, titulado El modelo del instituto técnico superior norteamericano, analiza la manera en que estas instituciones educativas pueden contribuir a satisfacer las necesidades de la cada vez más heterogénea población estudiantil de la región. Estos centros de educación pueden también proveer respuesta a dos temas educativos candentes en América Latina: la falta de alternativas para la movilidad social de quienes no cuentan con los medios para asistir a las universidades tradicionales y la necesidad de formular un programa de estudios centrado en la adquisición de conocimientos y habilidades que se ajuste mejor a las necesidades del mercado laboral.

El libro incluye un análisis de los temas y obstáculos referentes al financiamiento, la acreditación, el prestigio, la transferencia, y los marcos regulatorios y de incentivos que enfrentaron esas instituciones en los Estados Unidos, así como las opciones para la educación post-secundaria en América Latina. Sin embargo, los editores Claudio de Moura Castro y Norma García advierten que a pesar de que la experiencia estadounidense con este tipo de institución educativa brinda nuevas perspectivas que podrían beneficiar a América Latina, “la respuesta más adecuada no es la duplicación exacta sino una adaptación selectiva”.

La explosión en la demanda de acceso a la enseñanza post-secundaria trasciende las fronteras socioeconómicas en el continente, y conjuntamente con la incapacidad de las instituciones tradicionales de responder a esa demanda, presenta varios desafíos y dilemas para los encargados de tomar decisiones en ese ámbito. Aun cuando ya se han implementado algunos programas de estudios post-secundarios de corta duración en el continente, la mayoría de esos programas atraen a los estudiantes con menos recursos económicos y menor influencia política en sus respectivos países. En consecuencia, los programas mencionados carecen frecuentemente de los recursos necesarios. Tanto los educadores como los ministerios buscan ansiosamente nuevas maneras de conciliar cursos y métodos de enseñanza que satisfagan las necesidades y las habilidades del estudiantado con las oportunidades para ingresar al mercado laboral, características de los centros de educación superior que nos ocupan.

Tanto De Moura Castro como García señalan que estos institutos satisfacen una necesidad imperiosa en el mercado, atienden las necesidades de una población estudiantil diferente a la de las universidades tradicionales, y ofrecen técnicas y capacitación que pueden ser aplicadas de manera inmediata en el mercado laboral.

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