NASSAU, Bahamas - Un nuevo informe estima el coste total de los impactos y efectos de COVID-19 en las Bahamas en US$9.500 millones para el período 2020-2023, con decenas de miles de pérdidas de empleo y efectos duraderos en el sector turístico del país.
Las pérdidas por COVID-19 fueron especialmente devastadoras en las fases iniciales de la pandemia, con un 48% en 2020. Otro 36% de las pérdidas se registraron en 2021 y un 16% en 2022.
Según el informe, se espera que la economía no recupere su nivel anterior a la pandemia hasta 2024, debido principalmente al ritmo gradual de recuperación del sector turístico y a los efectos duraderos del COVID-19 en este sector.
Esta estimación representa más de dos veces y media el coste estimado de US$3.500 millones en daños y pérdidas debido al huracán Dorian, que devastó partes de Abaco y Gran Bahama en septiembre de 2019, sólo seis meses antes del inicio de la pandemia de COVID-19. La pandemia se superpuso y tuvo un impacto negativo en el proceso de reconstrucción del huracán Dorian. Se estima que los dos desastres han costado al país un total de US$13.100 millones, según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas, Evaluación de los efectos e impactos de la pandemia de COVID-19 en las Bahamas (en inglés).
La magnitud de los impactos de la COVID-19 puso de manifiesto la necesidad de una gestión integral del riesgo de desastres y de la gestión del riesgo sanitario, entre otras estrategias e instrumentos para atender mejor al país, en áreas que van desde el fortalecimiento de la gobernanza del riesgo de desastres, la inversión en la reducción del riesgo de desastres y la mejora de la preparación ante los mismos.
Se espera que las pérdidas agregadas en los salarios de los empleados y trabajadores alcancen los US$2.400 millones para el período 2020-2023, es decir, el 4,9% del PIB por año en promedio. Según el informe, el impacto de estas pérdidas en el empleo se estima en unos 30.000 puestos de trabajo, equivalentes al 14,7% de la población activa. La pandemia en Bahamas ha afectado más a las mujeres que a los hombres. Las mujeres representan el 53% del total de casos confirmados. Alrededor del 43% de los casos notificados eran personas de entre 20 y 39 años.
"La pandemia de COVID-19 perturbó el orden económico mundial y la salud pública global. Las medidas de distanciamiento social para frenar la propagación del virus crearon importantes retos para la actividad económica mundial. Sectores como el turismo -que dependen del movimiento de personas- prácticamente se cerraron", dijo Daniela Carrera-Marquis, Representante del BID en Bahamas.
"La economía de Bahamas depende en gran medida del turismo, que representa la mitad del Producto Interior Bruto (PIB) del país. La pandemia también puso de manifiesto la vulnerabilidad socioeconómica del país, ya que las empresas y los ciudadanos se vieron muy afectados."
Responder a la crisis del COVID-19 representó un reto sin precedentes para la mayoría de los gobiernos, especialmente para aquellos cuyas economías dependen en gran medida de factores externos como el turismo, dijo Carrera-Marquis.
Dado el impacto del COVID-19 en la salud de los ciudadanos y en los principales sectores productivos de la economía, el BID, a través de una asociación con la CEPAL, desplegó un equipo de expertos en investigación local e internacional para evaluar y recopilar los datos pertinentes para preparar el informe y proporcionar recomendaciones que pudieran informar la creación de un marco sostenible de Gestión de Riesgos Sanitarios (GRS).
Desde el comienzo de la pandemia, el BID ha proporcionado a Bahamas US$200.000 en asistencia técnica y US$60 millones en préstamos para proyectos destinados a reducir la morbilidad y la mortalidad causadas por el COVID-19, y a mitigar otros impactos indirectos de la pandemia en la salud. Estos programas también pretenden preparar el sistema sanitario del país para futuros riesgos.
Los proyectos también se han centrado en el diseño de una estrategia para integrar los servicios de atención primaria con el fin de mejorar la calidad de la atención; establecer clínicas adaptables y resistentes al clima para prestar servicios de atención primaria; mejorar la capacidad de respuesta a las emergencias; y diseñar una hoja de ruta para transformar digitalmente el sistema de salud, entre otras cosas, ofreciendo registros sanitarios electrónicos y servicios de telemedicina.
El informe recomienda la aplicación de un marco integral para la recuperación resiliente de la pandemia de COVID-19, que requerirá una combinación de medidas estructurales y no estructurales para reducir las vulnerabilidades socioeconómicas, medioambientales, institucionales y humanas a largo plazo.
Aunque el establecimiento de prioridades, los recursos necesarios y la programación de las intervenciones dependerán del Gobierno de las Bahamas, el informe anima a los planificadores de políticas y a las partes interesadas a aprovechar las iniciativas relacionadas en curso, incluidos los marcos existentes y la Estrategia de País del Grupo del BID (2018-2022), teniendo en cuenta al mismo tiempo las prioridades nacionales en materia de igualdad de género e inclusión en los derechos humanos.
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