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Impacto económico, social y político de la seguridad en las Américas

Especialistas internacionales analizaron hoy el impacto económico, social y político de la seguridad en el desarrollo de América Latina y el Caribe, durante un seminario realizado por la Organización de los Estados Americanos y el Banco Interamericano de Desarrollo.

El seminario “Seguridad y Desarrollo: Los Desafíos de América Latina y el Caribe”, que congregó a más de 150 representantes de gobiernos, académicos y analistas, fue inaugurado por el secretario general de la OEA, César Gaviria, y el presidente del BID, Enrique V. Iglesias.

En sus discursos, ambos dirigentes enfatizaron la necesidad de fortalecer la cooperación regional para reducir la vulnerabilidad de los países latinoamericanos y caribeños a riesgos que van desde las crisis económicas a los desastres naturales, el crimen y el terrorismo.

Iglesias destacó que la seguridad, un tema con antiguas y complejas raíces, se ha instalado como una de las principales preocupaciones ciudadanas en la región y en un verdadero “impuesto al progreso y al desarrollo” de sus países.

La seguridad humana, agregó el presidente del BID, debe basarse tanto en la democracia como en el desarrollo. “No hay seguridad en el reino de la necesidad, cuando grandes segmentos de la población son afligidos por el desempleo, la exclusión socio-económica o la dramática exposición que tenemos a los desastres naturales”, aseveró.

A juicio de Gaviria, hoy existe un reconocimiento en el hemisferio de que estos desafíos son problemas de todos. Sin embargo, agregó, los países deberán hacer más esfuerzos para mejorar sus sistemas de justicia a fin de enfrentar los problemas causados por el delito.

“Es en el terreno de la justicia donde residen los principales instrumentos para enfrentar nuestros principales desafíos: el narcotráfico, el terrorismo, la corrupción. Es en ese terreno donde debemos ser más eficaces”, señaló el secretario general de la OEA.

Gaviria agregó que estos desafíos no deben ser dejados en manos de las fuerzas armadas o de las fuerzas de seguridad, sino que requieren una activa participación de los civiles.

El seminario se organizó en torno a cuatro paneles que discutieron los aspectos económicos, sociales, políticos y diplomáticos de la seguridad. El primer panel examinó la volatilidad de las economías latinoamericanas como factor de inseguridad y las diferentes políticas que ayudan a mitigarla.

El panel social exploró la importancia de los sistemas de protección social para la estabilidad y el desarrollo de la región. El panel de seguridad política destacó el papel de instituciones democráticas y su importancia para la seguridad de la región. Finalmente, el panel de seguridad hemisférica analizó las lecciones aprendidas de los ataques del 11 de septiembre del 2001.

El embajador John Maisto, asesor del presidente George W. Bush y director para Asuntos del Hemisferio Occidental del Consejo Nacional de Seguridad de los Estados Unidos, fue el orador en un almuerzo ofrecido a los participantes del seminario.

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