El mundo tiene suficientes derrumbes, terremotos y tsunamis para darse cuenta que la naturaleza puede reaccionar violentamente cuando no se le presta atención. Los expertos de desarrollo reconocen que es importante planificar los proyectos teniendo en cuenta los riesgos de las amenazas naturales. Pero reconocerlo y hacerlo no es lo mismo.
“A pesar del rápido aumento en pérdidas por desastres en las últimas décadas, varias organizaciones de desarrollo se mantienen reacias a adoptar la reducción de riesgo como objetivo clave, o por lo menos proteger sus propios proyectos contra posibles riesgos, si no hay pruebas de que mitigar sí sale a cuenta”, señaló la consultora del BID Charlotte Benson en una presentación en la sede del Banco.
Benson y su colega John Twigg del Centro de Investigación de Riesgo Benfield de la Universidad de Londres, dirigen un proyecto de Provention Consortium para desarrollar metodologías a fin de evaluar los riesgos naturales. El BID es miembro de este Consorcio, una coalición internacional de organizaciones que trabajan en colaboración para crear conciencia sobre los riesgos naturales, mejorar la seguridad de las comunidades vulnerables y reducir el impacto de desastres en países en desarrollo.
El proyecto busca crear herramientas que las organizaciones de desarrollo puedan usar para ayudarlos a tomar en cuenta, durante el ciclo de proyecto (desde su inicio hasta su evaluación final), los riesgos derivados de amenazas naturales. Las herramientas también ayudarán a los equipos de proyecto a evaluar las opciones de reducción de riesgo.
“Los riesgos naturales y la vulnerabilidad vinculada deben ser considerados dentro de todas las formas de evaluación de proyecto, particularmente para áreas de alto riego”, recalcó Benson. “Para proporcionar una mejor asesoría sobre el análisis de riesgos naturales y opciones para reducir la vulnerabilidad, se deben revisar las guías de evaluación existentes”.
La buena noticia, cree Benson, es que la evaluación de riesgos naturales es fácil. “Muchas de las herramientas estándares usadas actualmente por organizaciones de desarrollo en el diseño de proyectos pueden ser usadas para evaluar riesgos naturales y posibles compensaciones de mitigación. No hay nada intrínsicamente difícil en ambos”.
Además de adaptar las herramientas existentes, Benson subraya la importancia de promover la participación de la gente en áreas vulnerables durante el proceso de evaluación de riesgo. “La gente vulnerable conoce y comunica los riesgos si se les da la oportunidad”, comentó.
El siguiente paso en el proyecto es desarrollar algunas de las herramientas prácticas recomendadas por Benson. El proyecto, que se vence a fines de 2006, presentará como producto final una guía sobre métodos y herramientas para evaluar los beneficios socioeconómicos de la reducción de desastres, incluyendo normas para evaluaciones de riesgo, estudios de casos, lecciones aprendidas y evidencia de los beneficios netos de la reducción de riesgo.