(PARTE IV)
En artículos anteriores de la serie "El camino hacia el financiamiento de los ODS", discutimos la importancia del capital privado en la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y que los inversores buscan involucrarse cada vez más en el financiamiento de la Agenda 2030. Sin embargo, existe un amplio margen para aumentar la inversión privada en las economías en desarrollo y una serie de acciones que la comunidad de desarrollo debe tomar para facilitar dicho financiamiento. Basada en discusiones con inversores y una revisión de literatura, esta entrega de nuestra serie aborda una de estas acciones clave: la construcción de una cartera de proyectos financiables.
Si bien las restricciones fiscales afectan la disponibilidad de fondos del sector público, nuestra exploración de la inversión privada confirma que no es la falta de liquidez, o de efectivo, uno de los principales problemas. Por el contrario, el capital privado abunda y, si se moviliza de manera efectiva, puede ayudar a reducir considerablemente la brecha de financiamiento de los ODS. Es la ausencia de inversores dispuestos a prestar en moneda local y la falta de proyectos financiables y transparentes que representan grandes obstáculos para la participación privada en la financiación de los ODS, puesto que impiden canalizar estos recursos a las economías en desarrollo. Un informe de la OCDE de 2018 respalda esta afirmación, resaltando que "... la brecha de inversión global ... no es el resultado de la falta de capital. Por el contrario, no hay suficiente identificación de proyectos listos para la inversión y financiables a los que los inversores del sector privado y los desarrolladores de proyectos puedan dedicar tiempo, esfuerzo y financiación ".
En muchos casos, esto se reduce a una planificación deficiente y esfuerzos limitados para proporcionar información completa y coherente a los inversores sobre potenciales oportunidades. En otros, se reduce a una falta de desarrollo de planes de inversión y a una "pobre integración de estos planes en contextos de política nacional", lo que hace imposible indicar claramente dónde y cuánta inversión se necesita.
Según un estudio realizado por Mercer y el BID, los inversores privados sostienen que la máxima prioridad en los esfuerzos para facilitar la inversión en infraestructura sostenible debería ser abordar el desafío de una cartera débil de proyectos financiables. Ignorarlo puede resultar en "demasiado capital persiguiendo muy pocos proyectos" y un "flujo de negocios inadecuado" que disuade directamente la inversión privada y complica la movilización de recursos a escala.
La solución a este desafío radica, en gran parte, en una mejor planificación tanto a nivel macro como micro. Por un lado, el desarrollo de planes nacionales de inversión que resaltan las necesidades y oportunidades ha demostrado ser muy efectivo para atraer inversores. Por otro lado, la realización de estudios de prefactibilidad y otras actividades para mejorar la preparación del proyecto puede dar lugar a oportunidades concretas para los inversores.
La cooperación con otras entidades, incluyendo los bancos multilaterales de desarrollo como el BID, puede ser un facilitador clave en los esfuerzos para mejorar las carteras de proyectos, así como la coordinación entre agencias y ministerios para mejorar la disponibilidad de oportunidades transparentes de inversión. Un ejemplo de nuestro trabajo en este espacio es el Fondo Fiduciario NDC Pipeline Accelerator, un servicio de financiación climática que tiene como fin acelerar proyectos financiables en línea con las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) fijadas a partir de los Acuerdos de París. Gracias a la financiación del Gobierno de los Países Bajos, El Gobierno de Suecia y del Fondo Nórdico de Desarrollo, el Fondo garantiza la viabilidad técnica y financiera de los proyectos e incorpora consideraciones climáticas y de sostenibilidad en la preparación y el diseño de los mismos.
Además, una contribución de US$10 millones de dólares por parte del Gobierno de España apoya el desarrollo de proyectos financiables de Asociaciones Público-Privadas (APP). Mediante estudios de factibilidad, esfuerzos para mejorar la comprensión del mercado de infraestructura de la región y actividades para mejorar el marco legal, financiero y operativo de los proyectos, el Fondo busca desbloquear el capital privado mediante la eliminación de barreras comunes para los inversores.
Asimismo, los esfuerzos del equipo de APP del Grupo BID se centran en gran medida en optimizar la preparación de proyectos como un medio para mejorar en última instancia las carteras de proyectos y permitir el financiamiento privado de los ODS.
Estos ejemplos demuestran los esfuerzos estratégicos del Grupo BID para fomentar la inversión privada en la región y de su posición como socio clave para los actores que buscan promover oportunidades de financiamiento concretas en América Latina y el Caribe.
Sin embargo, en paralelo, será necesario abordar las preocupaciones de los inversores con respecto a la solvencia y la estabilidad de los mercados de capitales en las economías en desarrollo. No se pierdan la próxima entrega de esta serie la cual abordará de lleno estas inquietudes.
Nuestra experiencia trabajando con el sector privado nos ha enseñado que generar confianza y una cartera sólida de oportunidades de inversión es clave para involucrar a cualquier inversor. En la próxima entrega de esta serie, discutiremos cómo estamos trabajando para cumplir, y ojalá superar, estas expectativas.
Matias Bendersky
Matias Bendersky es Jefe de la División de Movilización de Recursos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), donde es responsable de identificar, desarrollar y ampliar la movilización de recursos y alianzas estratégicas entre el Grupo BID y socios del sector público y privado. Supervisa el trabajo de un equipo de profesionales que se ocupan de identificar oportunidades de cofinanciamiento y de movilizar recursos financieros y conocimiento de socios. Su equipo también está encargado de explorar instrumentos de financiamiento innovadores y mixtos que sirvan para apoyar la agenda de desarrollo sostenible en la región. Antes de unirse al BID en 2007, el Sr. Bendersky trabajó para el Banco Mundial en varias operaciones con garantía soberana. Anteriormente, el Sr. Bendersky trabajó durante 6 años como abogado corporativo y transaccional tanto en Argentina como en Estados Unidos. El Sr. Bendersky es egresado de la Universidad de Buenos Aires y tiene una maestría conjunta en la Escuela de Negocios y Leyes de la Universidad Northwestern de Chicago.