Nunca han faltado los intentos por abrir la región amazónica de Brasil a la producción de caucho y madera, la minería y la ganadería. En mayor o menor grado, estos esfuerzos han sido exitosos, pero frecuentemente a altísimos costos ambientales.
Un nuevo proyecto financiado por el BID sentará las bases para convertir al Amazonas, con su gran atracción como la selva tropical virgen más grande del mundo, en un importante destino turístico. El proyecto Proecotur incluirá estudios de lugares que serán seleccionados para el ecoturismo, evaluación de la demanda del mercado, establecimiento de un marco legal, programas de entrenamiento e inversiones locales.
En el proyecto participan los nueve estados brasileños que conforman lo que se conoce como el Amazonas legal: Acre, Amapá, Amazonas, Maranhão, Mato Grosso, Pará, Rondônia, Roraima y Tocantins. En esta región viven unas 20 millones de personas. Casi una tercera parte del agua dulce del planeta fluye a través de su sistema de ríos y contiene la mayor porción de la biodiversidad del mundo. La deforestación ya ha afectado grandes áreas del Amazonas. Existen pocas áreas protegidas, que además carecen de suficiente personal entrenado como para suministrar la protección apropiada. Como en muchas otras partes del mundo, el ecoturismo es visto como una forma para que los residentes locales obtengan algún provecho de las áreas naturales que permanecen intactas.
Como parte del proyecto, se desarrollarán planes maestro y se realizarán trabajos piloto de infraestructura en áreas prioritarias en cinco de los estados participantes. Las zonas para el ecoturismo, cuya superficie va desde 66.900 a 441.600 hectáreas, fueron seleccionadas en base a sus recursos naturales, acceso al transporte, infraestructura hotelera y el compromiso del gobierno local y otros grupos a apoyar el programa.
Si bien el ecoturismo es uno de los segmentos de crecimiento más rápido dentro de la industria del turismo, está poco de- sarrollado en América Latina. En el Amazonas brasileño, el ecoturismo se realiza de una manera improvisada y se limita a alojamientos en la selva y algunos cruceros fluviales tanto en la ciudad de Manaos como en sus alrededores y en el norte del estado de Mato Grosso. Los turistas, de los cuales pocos son extranjeros, sólo permanecen un promedio de 3,3 días.
Un aspecto esencial del proyecto será educar y entrenar a la gente de la región, incluyendo a quienes suministran servicios turísticos y a los funcionarios de los gobiernos locales, en métodos para conservar los recursos naturales de los cuales depende la industria del ecoturismo.
El costo total del proyecto es de 13,8 millones de dólares y será financiado con la ayuda de un préstamo del BID por 11 millones de dólares.