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Cornucopia de café

Por Roger Hamilton

“Esto es mucho más que una plantación de café”, dijo Isodoro Morales mientras se acercaba a la cima de la colina. Aunque su plantación parece desordenada, es el producto de una considerable habilidad administrativa y de mucho trabajo. De hecho, más trabajo de lo que requiere una plantación tradicional de prolijas filas de plantas de café.

Morales explicó que los arbustos de café son denominador común de una comunidad de flora y fauna desordenada por fuera pero con una importante lógica interna.

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Las semillas más finas de café orgánico necesitan la cantidad precisa de sombra.

Los elementos más críticos de esta comunidad son los árboles, porque ellos dan la sombra necesaria para producir granos más finos. El café cultivado a pleno sol rinde más, pero el que crece bajo la sombra tiene mejor sabor.

En el cafetal de Morales crecen unas 25 especies de árboles, tanto nativos como frutales. Él los corta y los poda para dejar pasar la cantidad adecuada de sol, tal como si ajustara una persiana veneciana. Los árboles también ofrecen otros servicios. En esta tierra de montañas y de niebla, los árboles interceptan las nubes bajas y captan su humedad, que luego gotea suavemente a la tierra. Las raices de algunos árboles mantienen colonias de microorganismos que fijan el nitrógeno de la atmósfera y devuelven a la tierra este alimento clave en una forma en que puede ser utilizado por las plantas.

La plantación de Morales podría casi calificar como una reserva natural, y de hecho, su comunidad de Lagos de Colores está rodeado por un parque nacional (Ver artículo, “Duelo de Parques”).

Ese día Morales había cosechado un saco grande de naranjas, sólo una de la variedad de frutas que maduran en su plantación durante todo el año. También había cortado un árbol casi muerto y lo había cortado hábilmente en tableros que fueron apilados para secarse. De uno de estos árboles Morales descolgó el nido abandonado de una ave oropéndula, una ingeniosa construcción en forma de un viejo calcetín que Morales pensaba usar de adorno en su casa.

Su comunidad de plantas también incluye plátanos y algunas plantas medicinales, aunque Morales admite que gran parte del conocimiento que tenía su comunidad sobre las plantas útiles ha desaparecido junto con las viejas generaciones.

Morales estaba acompañado de Gerónimo Bartolón Ortiz, un experto técnico que provee asistencia a las organizaciones productoras pertenecientes a la Federación Indígena Ecológica de Chiapas (FIECH), que conduce un programa de mejoras apoyado con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo. Bartolón comparó a la plantación de Morales con la agricultura convencional, no orgánica, que ha visto en práctica en todo el resto de Chiapas.

“Cuando los granjeros comenzaron a usar productos agroquímicos, nosotros perdimos las tradiciones de nuestros antepasados”, dijo Bartolón. “Ahora el suelo se está empobreciendo y nosotros vemos aparecer enfermedades que antes no teníamos. Debemos rescatar estos conocimientos tradicionales”, dijo.

La diversidad biológica en una plantación de café orgánico ayuda a mantener a raya a las enfermedades. El parásito más importante del café en todo el mundo es un insecto llamado broca (Hypothenemus hampei), que agujerea la fruta verde. Pero el control biológico, usando una especie de avispas y un tipo de hongos, lo puede detener. Inclusive los sapos ayudan mucho con su voraz apetito. Otro parásito, un insecto llamado gallina ciega, se convirtió en un problema cuando los granjeros redujeron la cantidad de material orgánico que agregaban al suelo, según Bartolón.

“Cuando comenzamos a practicar agricultura orgánica, aprendimos sobre estas interacciones entre los árboles, el suelo, los animales”, dijo Bartolón. “Ahora utilizamos menos productos químicos y quemamos menos”.

Otro miembro del equipo consultivo técnico, Eleuterio Méndez, dijo que el propio granjero es también parte de la comunidad natural. “Muchas veces los técnicos conocen la teoría”, dijo, “pero solamente los granjeros tienen conocimientos que provienen de la experiencia que viene de estar allí. Conocen los árboles, las enfermedades, los animales”.

Impresionados por su experiencia con el café orgánico, los granjeros locales están utilizando técnicas similares para cultivar maíz y frijoles tradicionales. Los agroquímicos pueden producir buenos beneficios a corto plazo, dijo Morales, pero ponen en riesgo su futuro sustento futuro y el de sus niños.

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La otra mitad de la ecuación: igual que el café, el ganado también puede criarse bajo condiciones orgánicas, asegura Morales.

Si su cosecha de café rinde los beneficios que él espera, Morales planea comprar unas cuantas vacas lecheras. Él reconoce que los ambientalistas ven el ganado como causa importante de la tala de árboles y de la degradación ambiental, “pero no si usted los cría bajo condiciones ecológicas”, dijo. “Con mis 15 años de experiencia como granjero orgánico pienso que puedo manejar cualquier cosa”. La clave, agregó, es utilizar árboles para mantener el suelo húmedo, pero dejar pasar suficiente sol para que la hierba crezca.

Ornitológicamente correcto. El café orgánico se dirige a un mercado especial formado por conocedores de café que saben apreciar la calidad superior. Los expertos creen que este mercado seguirá creciend vea la notable expansión de Starbucks, que hoy tiene sucursales que a veces están a la vista una de otra.

Los ambientalistas son otro grupo de consumidores que pagan altos precios por el café orgánico. Las firmas privadas y los grupos ambientales están difundiendo la idea de que al comprar café cultivado a la sombra se protege la naturaleza en las zonas tropicales. Muchos de los puntos críticos de la biodiversidad del mundo se encuentran en áreas donde se produce café.

Algunos ambientalistas tienen una motivación personal para comprar café cultivado a la sombra: esto ayuda a preservar el hábitat de aves en zonas tropicales, lo cual a su vez garantiza que buenas cantidades de aves nómadas deleiten a los aficionados de aves en el norte. Varios sitios Web de observadores de aves mencionan la conexión con el café. El sitio Web de un grupo informa a sus miembros que las plantaciones de sombra típicamente albergan el doble de las especies de pájaros que se encuentran en plantaciones bajo pleno sol.

Los consumidores ricos y educados no son los únicos que aprecian las ventajas ambientales del café cultivado a la sombra. “Creo que la naturaleza sufre cuando los granjeros no demostramos el respecto apropiado”, dijo Morales. “Yo hablo con las plantas y con el bosque, porque están tan vivos como nosotros mismos y necesitan afecto. Incluso necesitan café”.

“Lo que es importante para mí es respetar la naturaleza y no sólo el dinero”, agregó Morales. “Nosotros los granjeros no aspiramos a ser profesionales, porque nuestro trabajo es producir. Pero podemos producir de una manera que nos permita mantener nuestra forma de vida, cambiando ciertas cosas, pero conservando nuestras tradiciones. No tenemos que buscar la felicidad en otros lugares, en las ciudades o en Estados Unidos”.

Morales concluye:

“Algunos dicen que tenemos que dejar de ser indígenas si queremos vivir bien. Ahora nosotros sabemos que esto no es verdad. Nosotros queremos recuperar nuestros valores tradicionales y nuestra lengua, que ahora sabemos que no tiene por qué avergonzarnos. Por sobre todo, creemos que Dios creó la naturaleza y que todos los seres humanos debemos cuidarla”.

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