Un plan que busca asegurar la protección ambiental del Pantanal, la zona pantanosa más extensa del mundo, será financiado con la ayuda de un préstamo de 82,5 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo para Brasil.
El préstamo, que fue aprobado por el Directorio Ejecutivo del Banco, apoyará la primera etapa de un programa a ocho años que contempla medidas para fortalecer las instituciones gubernamentales locales, así como actividades de investigación, seguimiento, planificación, protección territorial, nuevas actividades productivas y obras públicas.
"Se trata de un proyecto complejo, difícil y pionero que honra nuestra institución", afirmo el Presidente del BID, Enrique V. Iglesias, quien destacó la importancia del proceso de consultas que lo precedió y la mobilización de la opinión en defensa del medio ambiente. Esta operación es la primera que aprueba el BID bajo su facilidad unimonetaria en euros.
Cuando se hayan concluido las dos etapas del programa, habrá mejorado notablemente la calidad del agua de los principales ríos y la nueva reglamentación habrá hecho posible la estabilización o el aumento de las principales especies ícticas pescadas comercialmente.
La extensión de la cuenca hidrográfica protegida pasará de 500.000 hectáreas a 2 millones de hectáreas. Asimismo aumentarán las actividades sostenibles: la producción acuícola crecerá, pasando de 8.850 toneladas a 13.275 toneladas, en tanto que el turismo aumentará 50 por ciento sobre el nivel actual.
El Ministerio del Medio Ambiente del Brasil* llevará a cabo el programa en colaboración con el Instituto Brasileño del Medio Ambiente y Recursos Naturales y las autoridades ambientales de los estados de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul.
Ubicado en las inmediaciones del centro geográfico de Sudamérica, el Pantanal es una vasta zona que abarca 10 grandes ríos, sus deltas y miles de lagos y pantanos salados. Sus ecosistemas constituyen el hábitat de más de 650 especies de pájaros, 400 especies de peces y una gran variedad de otras especies animales y vegetales. En la cuenca hidrográfica del Pantanal, cuyas aguas desembocan en el Río Paraguay, residen también 1,8 millón de personas en los estados de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul.
Los ecosistemas del Pantanal y muchas de sus especies enfrentan crecientes amenazas ambientales. El agua que alimenta los pantanos contiene una mayor carga de sedimentos, así como productos agroquímicos, desperdicios industriales y aguas servidas. Las reservas de peces están decayendo y los pescadores han podido mantener los niveles de captura sólo mediante mayores esfuerzos.
Aproximadamente 1 por ciento del territorio que conforma la cuenca del Alto Paraguay se encuentra bajo protección federal, mientras que las normas internacionales recomiendan un nivel de 10 por ciento.
Asimismo se han intensificado las presiones bajo las cuales viven los lugareños. Los pequeños terrenos en manos de poblaciones indígenas están deteriorándose, acelerando un proceso de erosión cultural. Asimismo, los ganaderos tradicionales del Pantanal están empezando a abandonar sus campos porque las inundaciones y el creciente número de cabezas de ganado ahogado reducen sus márgenes de ganancias.
Por otra parte, las actividades recreativas han originado más problemas. En 1998 la pesca deportiva arrojó niveles de captura insostenibles. Los turistas perturban las colonias de pájaros y las lanchas a motor producen ruido y contaminación, además de olas que erosionan los canales angostos.
El programa financiado por el BID estimulará la participación de los lugareños y de la sociedad civil en actividades de protección del medio ambiente. Raúl Tauzon, especialista ambiental del Banco, afirmó: "A fin de cuentas, la calidad ambiental está definida por la demanda y depende del cumplimiento voluntario de las leyes ambientales y de la adopción de actividades sostenibles por parte de las personas y las empresas."
Gracias a una mayor disponibilidad de información, incluyendo datos generados a partir de las actividades de supervisión del programa, los lugareños contarán con la información y las herramientas necesarias para equilibrar el uso competitivo de recursos naturales dentro de la cuenca y crear un sistema práctico de reglas y medidas preventivas.
La participación pública en el programa se inició hace cuatro años con una serie de audiencias, reuniones y talleres tendientes a orientar los trabajos iniciales de diseño. Una vez lanzado el programa, la participación ciudadana se institucionalizará mediante la creación de comités de cuencas hidrográficas integrados por actores locales que colaborarán en la formulación de planes y reglamentos.
La gestión de recursos hídricos constituye un objetivo primordial del programa e incluye el seguimiento de la calidad del agua, la asignación de derechos de uso de agua y el correspondiente cobro, así como el apoyo a la labor de los comités de cuencas hidrográficas y las unidades estatales de gestión ambiental. Además, se elaborarán planes de gestión para las cuencas hidrográficas, se crearán zonas verdes a lo largo de corrientes de agua y se tomarán medidas de gestión de suelos para reducir la erosión.
El problema de la contaminación por aguas servidas se abordará mediante una serie de obras de saneamiento en nueve ciudades, así como mediante la aplicación de medidas tendientes a mejorar la eficacia y la capacidad de mantenimiento de las entidades locales de saneamiento.
Entre las medidas que se tomarán para proteger a los ecosistemas y conservar los recursos cabe citar el financiamiento de cuatro zonas federales protegidas y cuatro parques estatales. Se impondrán restricciones a la pesca y la circulación de lanchas en zonas designadas como reservas ictícolas y se aumentará el número de bomberos y agentes que hacen cumplir las normas.
Otros proyectos ayudarán a generar nuevas actividades económicas para los lugareños que no dañen el entorno del Pantanal. En lo referente a pesquerías, se emprenderá una investigación sobre las principales especies comerciales que permita formular una mejor reglamentación para garantizar una producción sostenible. Se ofrecerá capacitación en materia de acuicultura y se volverán a introducir especies en zonas donde hayan desaparecido.
El programa financiará un plan maestro de ecoturismo que se respaldará mediante talleres y campañas educativas, además de la provisión de equipos para las dos entidades turísticas estatales.
Las nuevas actividades agrícolas en el Pantanal incrementarán los ingresos de los productores y protegerán el medio ambiente. Se fomentará el uso de mejores técnicas ganaderas, así como la posible certificación ambiental del ganado del Pantanal. Se llevarán a cabo proyectos piloto para la producción comercial de varias especies de flora y fauna, incluyendo el carpincho o capibara, el roedor más grande del mundo, y el ñandú.
Se brindará apoyo a los sectores de turismo y agricultura mediante un programa ideado para mejorar las carreteras a fin de permitir acceso a los parques durante todo el año y crear vías de evacuación de ganado en época de inundaciones. Las carreteras incluirán caminos que cruzarán los parques y dispondrán de zonas de protección donde se restringirá o prohibirá el desarrollo urbano.
Por último, el programa contempla una serie de medidas ideadas para fomentar el uso sostenible de las tierras de comunidades indígenas, incluyendo actividades de reforestación y recuperación de vegetación en las riberas, la reincorporación de cultivos tradicionales y nuevas actividades de producción.
El costo total del programa ascenderá a 165 millones de dólares. El préstamo del BID fue otorgado a un plazo de 20 años, con un período de gracia de cuatro años, y a una tasa de interés variable para el euro, que actualmente se cifra en 6,13 por ciento anual.