Ola de nuevas empresas financieras traen innovadores instrumentos y modelos de negocio, buscando llegar a sectores no atendidos por la industria financiera tradicional, pero presentan un reto para los sistemas regulatorios
En los últimos dos años América Latina ha tenido un acelerado surgimiento de nuevas empresas financieras basadas en plataformas tecnológicas conocidas como Fintech, lo que augura un profundo cambio en los mercados financieros, pero al mismo tiempo presenta un desafío para sus reguladores, según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Finnovista, una organización que fomenta el desarrollo de empresas Fintech.
El informe Emprendimientos Fintech en América Latina identificó a 703 emprendimientos en 15 países, con una oferta de soluciones que incluye todos los segmentos y las tecnologías que se observan a nivel global, dinamismo que favorece el surgimiento de una industria de servicios financieros digitales más innovadora e inclusiva en la región.
Tres de cada cinco empresas Fintech fueron establecidas entre 2014 y 2016, reflejando el potencial del sector que perciben los emprendedores. El estudio advierte que al mismo tiempo esto refleja que la mayoría de los productos y modelos necesitan madurar y crecer antes de que se conviertan en compañías sostenibles.
Una de cada cuatro Fintech operan como plataformas alternativas de financiación, ofreciendo préstamos, financiamiento colaborativo (crowdfunding) o financiación por medio de la intermediación de facturas. Otra cuarta parte operan como empresas de pagos, y del remanente hay segmentos como gestión de finanzas empresariales y personales, gestión patrimonial, seguros y bancos digitales.
Brasil es el país que aporta el mayor número de emprendimientos con 230 firmas, seguido por México con 180. Colombia ocupa el tercer lugar con 84, seguida de Argentina con 72 y Chile con 65. Estos cinco países concentran casi un 90% de la actividad Fintech en América Latina.
Entre los encuestados, 41,3% afirma que su misión es servir a clientes que permanecen excluidos o subatendidos por el sector de servicios financieros tradicionales, ya sean personas o pequeñas y medianas empresas. Considerando que las Fintech buscan resolver problemas concretos del segmento al que se dedican, este enfoque es muy prometedor para abordar limitaciones a la inclusión financiera originadas por el lado de la demanda.
“Estamos presenciando una revolución en la manera en la que las personas y las empresas manejan sus asuntos financieros”, dijo Gabriela Andrade, especialista en mercados financieros del BID. “ Además de lograr menores costos al adoptar canales digitales, las fintechs usan distintas fuentes de información y nuevas técnicas para evaluar a los clientes, su comportamiento y su riesgo, lo que permite llegar a los segmentos excluidos de una manera más asequible”.
Avances en regulación y el papel del sector público
Para que el sector pueda desarrollarse y lograr mayores impactos, será necesario profundizar el diálogo entre los emprendedores y quienes diseñan las políticas y regulaciones. El estudio recomienda, por ejemplo, la creación de bancos de prueba regulatorios (regulatory sandboxes) temporales en los que las Fintech puedan operar, evaluar sus modelos de negocio y ofrecer sus productos en ambientes monitorizados, así como permitir una transición suave para los emprendimientos y sus entes de control hacia una regulación y supervisión adecuada.
“Los países mejor preparados en términos regulatorios podrán aprovechar el impacto que las Fintech pueden ofrecer”, dijo Juan Ketterer, jefe de la división de Conectividad, Mercado y Finanzas del BID. “En ese sentido, el tiempo es un factor clave, considerando la velocidad con la que estas empresas se están desarrollando. Varios gobiernos en la región están considerando al desarrollo de las Fintech como uno de los pilares para reducir la exclusión financiera”.
En países como Reino Unido y Singapur se están ofreciendo exenciones temporales sobre autorizaciones para las Fintech y se observa un papel más dinámico del sector público para crear un sistema de apoyo al sector. Otra tendencia recomendada es la creación de algún tipo de institucionalidad pública que sirva de interlocutor entre la industria y los responsables por la formulación de políticas.
"La colaboración entre las empresas jóvenes y los actores tradicionales de la industria es un elemento indispensable que debe cimentarse en América Latina", comenta Andrés Fontao, Managing Partner de Finnovista. "La regulación es un factor que requiere ser tratado por gobiernos y legisladores, no con un fin restrictivo y de mayores controles, sino desde una perspectiva que promueva la competitividad y la innovación en el ámbito nacional y regional", dijo.
Acerca de Finnovista
Finnovista es una organización de impacto que potencia los ecosistemas Fintech en América Latina y Europa, a través de actividades y networks colaborativos, como eventos, workshops, hackathons y competiciones de startups. Así mismo, Finnovista diseña y ejecuta programas de aceleración de startups Fintech, como Startupbootcamp FinTech. La misión de Finnovista es la aceleración del emprendimiento Fintech, tendiendo puentes entre startups e instituciones financieras y facilitando la transformación de los servicios financieros avanzados y la erradicación de la exclusión financiera.
Acerca del BID
El Banco Interamericano de Desarrollo tiene como misión mejorar vidas. Fundado en 1959, el BID es una de las principales fuentes de financiamiento a largo plazo para el desarrollo económico, social e institucional de América Latina y el Caribe. El BID también realiza proyectos de investigación de vanguardia y ofrece asesoría sobre políticas, asistencia técnica y capacitación a clientes públicos y privados en toda la región.