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Yuca en Surinam: una oportunidad con rostro de mujer

Septiembre 9, 2019

 

Dar un paseo por el pueblo de Kapasikele, junto a las orillas arenosas del río Surinam, sorprende. Y es que casi todas las personas que lo habitan son mujeres o niños. Los hombres casi no se ven, han emigrado. Al igual que en muchos otros lugares del interior de Surinam, la mayoría de ellos trabaja fuera del pueblo, ya sea en el sector minero informal, en el comercio o en los centros urbanos como Paramaribo, la capital del país. Ellas, por el contrario, se quedan. Las mujeres de Kapasikel trabajan la tierra, manejan sus hogares y crían a sus hijos. Y todo ello a la vez.

Sin embargo, en esta aldea —ubicada en el distrito de Brokopondo— las mujeres tienen un plan para llevar su producción agrícola al siguiente nivel. La idea es aprovechar el conocimiento adquirido durante años de producir yuca para mejorar la cadena de valor global de este tubérculo. A través de su asociación con la cooperativa agrícola femenina, Wi! Uma Fu Sranan, estas mujeres y otras en las aldeas de Surinam están participando en un proyecto del BID respaldado por el Fondo Social Japonés. Este proyecto busca aumentar la calidad, cantidad y oportunidades de comercialización del cultivo de yuca para mujeres agricultoras.

 

 

Según Tania Lieuw-a-Soe, fundadora de la cooperativa, “Para las mujeres de Wi! Uma Fu Sranan, el viaje de aprender sobre una cadena de valor bien estructurada y ser parte del desarrollo y fortalecimiento de esta cadena es realmente una bendición. Ahora entendemos mejor cómo es trabajar hacia una fuente sostenible de ingresos”, dice.

“Hay muchos desafíos, es un camino rocoso y duro, pero definitivamente podemos ver la luz al final del túnel, y estamos felices de ser parte de este viaje. Tenemos el privilegio de dar esperanza a las mujeres a través de la implementación de este proyecto, y es una gran alegría experimentar cómo la capacitación les está dando un impulso de autoestima y la inspiración para hacer mucho más en la agricultura”.

Galería de fotos: el proyecto en Kapasikele, Surinam

 

El sentimiento de Tania es compartido por otra participante en una de las sesiones de capacitación. “Hoy quiero decirte algo, soy una mujer de 46 años que lleva trabajando casi 27. Nunca en mi vida he recibido un pedazo de papel en mi mano, un diploma, o un certificado como este”, dice Vera Pinas.

Específicamente, el proyecto del BID apoya actividades de capacitación para las mujeres de Kapasikele de manera que mejoren sus procesos y cumplan con los estándares de calidad del mercado. En total, 700 mujeres de Kapasikele y otras aldeas recibirán capacitación en buenas prácticas agrícolas, incluido el uso de tecnologías modernas con un modelo integrado de procesamiento de cultivos que coordina la selección de variedades, la densidad de siembra y la mecanización, entre otras operaciones. Las mujeres han respondido con entusiasmo a las oportunidades de capacitación, así como a las instancias de desarrollo comunitario que éstas representan.

Además, según el proyecto, un grupo selecto de mujeres recibirá una certificación de Global Gap para sus granjas, mientras que varias beneficiarias estarán bien posicionadas para lograr la certificación después de que el programa finalice en 2020. Equipadas con esta certificación, las mujeres buscarán exportar su yuca, ya sea en su estado natural, o como un insumo intermedio para productos a base de yuca como el pan de yuca o las gachas de yuca, que se exportan al mercado de la diáspora surinamesa en lugares como los Países Bajos y Estados Unidos.

“Estamos muy entusiasmados con el conocimiento que se está creando en estas comunidades a través de las actividades de capacitación; sobre todo por la aplicación de buenas prácticas agrícolas a través de los comentarios que recibirán a medida que se integran en la cadena de valor global de la yuca”, dice Michael Hennessey, especialista de la División de Competitividad, Tecnología e Innovación del BID. “Esperamos que el conocimiento que se desarrolle aquí genere más oportunidades económicas para las mujeres de estas comunidades y una canasta de exportaciones más diversificada para Surinam”.

 

 

Te contamos nuestro trabajo junto al Gobierno de Surinam para preservar y rehabilitar el centro histórico de Paramaribo, Patrimonio Mundial de la Humanidad. https://t.co/uKC69C9k6I

— Banco Interamericano de Desarrollo (@el_BID) September 3, 2019


Yuca en Surinam

La yuca es autóctona de la región de América Latina y el Caribe, y sus tubérculos con almidón a menudo se consumen hervidos, asados ​​o fritos, aunque también se pueden procesar y utilizar como harina, tapioca, confitería, almidón y alimento para animales, entre otros usos. Es naturalmente libre de gluten, con un contenido de almidón relativamente alto, y es una fuente de vitamina C y varias vitaminas B, así como otros minerales como magnesio, zinc, calcio y hierro. Si bien la yuca es el cuarto alimento básico más importante en Surinam, después del arroz, el trigo y el plátano, es el principal cultivo de seguridad alimentaria para las comunidades amerindias y cimarronas, especialmente en áreas remotas. El cultivo y procesamiento de la yuca brinda una oportunidad para generar ingresos a las mujeres del interior de Surinam, donde el cultivo se cultiva y procesa siguiendo las tradiciones culturales locales.
 

Revisa más sobre el proyecto aquí

 

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