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Los sonidos del desarrollo

Diciembre 6, 2018

 

 

¿Cómo un uruguayo apostó por compatibilizar la música con la medicina, mientras que una chilena combinó su pasión por la ópera con la administración de empresas? Ambos ejemplifican las sinergias que origina la Economía Naranja en América Latina y el Caribe, una región donde las industrias creativas y culturales generaron 124 mil millones de dólares en ingresos y cerca de 1,9 millones de empleos en 2015, según datos de la Unesco

 

Una composición que altera los sentidos

“La creatividad surge como una planta frágil, pero termina transformándose en una fuente de prosperidad muy clara y muy robusta”, dice Daniel Drexler, músico y médico uruguayo, convencido de lo enriquecedora que ha sido la música para su carrera como médico e investigador en neurociencia. 

“No tengo dos días iguales”, comenta desde su casa en Montevideo, Uruguay. Su tiempo se reparte entre consultas médicas, investigaciones en neurociencia, ensayos y conciertos musicales. Reconoce que por mucho tiempo mantuvo sus pasiones ocultas y separadas, para evitar que los prejuicios le jugaran en contra. Sin embargo, esta mezcla fue la que le permitió encontrar una solución para el tinnitus, enfermedad que genera un molesto zumbido en los oídos y que aqueja a entre el 10% y el 15% de la población mundial, según estudios publicados por el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés). 

Así fue como nació Levo, el dispositivo que permite reprogramar el cerebro y que nació en Uruguay de la mano de Daniel y sus colegas, la doctora en ciencias y bióloga Marisa Pedemonte, y  los ingenieros Andrés Bianco y Darío Geisinger. Innovación que fue premiada en 2017 con la medalla de oro, en la categoría Digital Health Products and Mobile Medical Apps de los Annual Medical Design Excellence Awards, en Nueva York. 

Escucha: ¿qué es el tinnitus?

 

Sordo de un oído y con dos padres dedicados a la otorrinolaringología, el tinnitus fue siempre de gran interés para Daniel. Así, mientras grababa una canción, notó que el redoblante —instrumento de percusión también conocido como caja— estaba altísimo, pero que su cerebro luego de tantas horas expuesto a él, ya no lo escuchaba. 

“Mientras resolvía este problema en el estudio, también trabajaba en el laboratorio de neurociencia estudiando el sistema auditivo y en un consultorio médico en el área de audición. Gracias a esa mezcla surgió la idea de tratar el tinnitus, con el mismo sonido que escuchan quienes padecen de él. La idea era reproducir este sonido mientras los pacientes dormían, para que el cerebro lo considerara un sonido redundante y lo redujera, tal como me pasó con el redoblante, y funcionó”, explica Daniel. 

 

“La creatividad surge como una planta frágil, pero termina transformándose en una fuente de prosperidad muy clara y muy robusta”, dice Daniel Drexler.

 

Hoy, Levo pertenece a la empresa de transferencia tecnológica estadounidense Otoharmonics Corporation, y ya se comercializa en Estados Unidos, Canadá y parte de Europa. 

Para Daniel, los problemas de audición no solo marcaron su vida, sino que también han sido fuente vital de inspiración para sus composiciones. “No existe ninguna canción que no esté relacionada con mi labor en la medicina. De hecho, estoy seguro que mi valoración del vacío, que es el nombre del tercer disco de estudio, se debe en gran medida a mi trabajo con pacientes que tienen tinnitus, que no pueden estar en silencio”, explica. 

 

Vacío, la música de Daniel Drexler que nació de la innovación

 

 

Una armonía in crescendo

Al extremo poniente del continente, en Santiago de Chile, Alejandra Martí explica su apuesta por las bellas artes: “Para mí, la ópera, el ballet y la música son mucho más que expresiones artísticas o actividades culturales. Son una fuente de empleo, de cohesión social y de educación”. 

Alejandra nunca consideró que tenía el talento suficiente para ser artista, pese a que estudió piano y ballet cuando era pequeña. Pero desde joven descubrió su espíritu emprendedor y un buen olfato para los negocios, por lo que decidió juntar ambos mundos mediante la gestión cultural. Con estudios de literatura y administración de empresas comenzó a trabajar en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona, en España, y luego en el Municipal de Santiago, en Chile. 

Hoy, Alejandra es la directora ejecutiva de Ópera Latinoamérica (OLA), una organización sin fines de lucro que agrupa teatros de ópera iberoamericanos. El desafío no es menor: generar sinergias para disminuir la fragmentación de este sector y expandir la oferta de arte lírico en la región para llegar a más gente. 

 

Galería de fotos: Turandot, en el Teatro Real de Madrid

 

 

Su primera tarea ha sido reunir a todos los actores de este ecosistema para incentivar la colaboración, compartir buenas prácticas y realizar coproducciones. De esta forma, OLA ya cuenta con una red de más de 30 miembros en 11 países. En su gobierno corporativo están el Teatro Colón de Buenos Aires, el Theatro Municipal de São Paulo, el Instituto Nacional de Bellas Artes de México y el Teatro Real de Madrid, entre otros. 

Para un teatro puede llegar a ser muy costoso producir una ópera y, por eso, existe muy poca oferta. “Al trabajar de forma regional, los teatros pueden coproducir, para ahorrar en escenografía y vestuario, pagando sus derechos, lo que representa un costo mucho más bajo”, explica Alejandra. Así se desarrolló La Boheme, de Giacomo Puccini, entre el Teatro Colón, en Argentina y la Ópera de Tenerife, en España.

 

Haciendo La Bohème

"HACIENDO LA BOHÈME" En este documental queremos mostrarles todo el trabajo que hay detrás de escena para poder montar sobre el escenario un mundo fantástico. Bienvenidos a una experiencia única. Bienvenidos a la Experiencia Colón.

Posted by Teatro Colón on Saturday, October 20, 2018

 

La ópera también puede tener fines educativos; el próximo desafío de OLA se llama Palco Digital Infantil, con el que busca llevar el arte lírico a los colegios por transmisión en internet. Con esto, Alejandra espera ampliar el mercado y romper el mito de que la ópera es sólo para élites. 

 

Una sinfonía naranja

La economía creativa es una oportunidad de desarrollo y crecimiento para América Latina y el Caribe. En países como Uruguay, el sector creativo representa el 0,63% del producto interno bruto (PIB). Mientras, en Chile, ya representa el 2,2% del PIB, según datos del BID

Sin embargo, para Daniel y Alejandra la promoción de la Economía Naranja debe ser complementario a la inversión en ciencias y otras disciplinas. “Hay que invertir en arte, porque nos permite pensar fuera de la caja. Pero el cruce entre las artes y la ciencia es lo que nos ayuda a mirar un problema desde diferentes ángulos, para encontrar soluciones innovadoras. Sin eso quedaremos obsoletos en muy poco tiempo”, sentencia Daniel. 

 

Mejorando vidas
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