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Harry Lime, vacunas y corrupción

Administración Pública Harry Lime, vacunas y corrupción Los desastres naturales, epidemias y crisis humanitarias son momentos donde los riesgos de integridad aumentan. Durante la distribución de vacunas también. Mar 9, 2021

“¿Sentirías lástima si uno de esos puntos allí abajo dejara de moverse a cambio de 20.000 libras?” le pregunta Harry Lime, el personaje de Orson Wells en la famosa escena de “El Tercer Hombre” a Holly Martins, interpretado por Joseph Cotten. Están subidos a una rueda en un parque de diversiones. Abajo, los puntos son seres humanos que apenas se distinguen. Harry maneja el mercado negro de vacunas en la Viena de la posguerra. Su pregunta al atónito Martins contiene la esencia básica ‒y actual‒ de cómo funciona la corrupción y la tragedia que implica el uso indebido de los recursos en los servicios de salud. La corrupción en el sector de la salud es, literalmente, una cuestión de vida o muerte.

La corrupción implica que personas con poder – ya sean figuras públicas o privadas – se apropien ilegalmente de beneficios públicos y trasladen las consecuencias negativas de sus actos a las víctimas (los “puntos” a los que se refiere el protagonista de “El Tercer Hombre”).

Corrupción y desastres naturales

Desde el inicio de la pandemia del COVID-19, la magistral película de Carol Reed vuelve a ser actualidad. Cuando recién empezó la crisis sanitaria nos preocupaba que los recursos disponibles se usaran de manera apropiada. Sabemos que en todos los países las vacunas llegarán en tandas y en forma gradual para cubrir las necesidades de la población. Por eso es necesario asegurar una distribución de vacunas que respete criterios objetivos, equitativos y transparentes. Tales definiciones permitirán evitar que las vacunas se entreguen a personas a quienes no les corresponde, ya sea por su edad o por grupo de riesgo.

Nada de esto es nuevo. Los desastres naturales, epidemias y crisis humanitarias son momentos muy delicados donde los riesgos de integridad aumentan enormemente. Entre otros factores, se incrementa la discrecionalidad que se requiere para aplicar urgentemente recursos públicos. Cuando se suma la falta de transparencia, tenemos los ingredientes básicos para el fraude y el uso indebido de los recursos públicos. Por ejemplo, tras el tsunami del 2014 en el Océano Índico, se movieron billones de dólares en asistencia. Existieron varios indicios sobre esquemas decorrupción y fraudeen el uso de estos recursos. En el caso del Huracán Katrina, la Oficina de Rendición de Cuentas de los Estados Unidos calculó que entreU$600M y US$S1.4 billones – el 16% del total de la ayuda – se perdieron en actividades indebidas.

Transparencia + Tecnología = Menos Corrupción

Si bien son las personas las responsables de los actos de corrupción, es importante analizar las razones de por qué actúan de esta manera. Una explicación es que sus actos son en buena medida el resultado de cómo las instituciones, las reglas y los sistemas crean incentivos para que las personas se comporten según establecen las leyes. Cuando las instituciones, las reglas y los incentivos están correctamente alineados, es más difícil que las personas actúen indebidamente. Alcanzar este resultado no es fácil. No es automático. Pero no es imposible.

Es fundamental que las instituciones públicas actúen de manera legitima en el uso de los recursos que administran. Para eso se requieren leyes bien diseñadas. Y así como existe una fórmula de la corrupción, quiero proponer una receta para la integridad: es la unión del acceso a la información con tecnología. Esto no es teoría. Aquí hay un ejemplo concreto.

Lainiciativa regional del BID MapaInversionesha creado un módulo para hacer el seguimiento de los recursos COVID-19. Paraguay ha sido el primer país de la región en implementarlo en abril de 2020. La plataforma con Módulo COVID-19 es el resultado de una alianza que incluye el Fondo de Transparencia del Banco Interamericano de Desarrollo, Open Contracting y el apoyo tecnológico de Microsoft.

Desde el lanzamiento del Módulo COVID-19, la plataforma ha seguido en constante evolución y ha incorporado nuevas funcionalidades, potenciando el acceso y el uso de la información. La plataforma está estructurada en un formato de datos abiertos que permite a ciudadanos y empresas acceder a la totalidad de los recursos que han sido destinados a la emergencia sanitaria (incluidos los contratos individuales), y organizarlos y filtrarlos según las necesidades de los interesados.

Distribución de vacunas, el nuevo reto

¿Cómo pueden estas plataformas apoyar a los países en la fase actual de la pandemia, particularmente con los nuevos retos asociados a la compra estratégica y distribución de vacunas?

  • Ciudadanos más y mejor informados. La tecnología hoy permite que toda la información se haga pública. Las plataformas proveen acceso rápido e intuitivo a compras y contrataciones en el marco de la emergencia sanitaria y la recuperación económica. Los ciudadanos, a través del uso de tecnología, tienen derecho a saber cuánto el estado cómo el estado contrató la provisión de vacunas, cuánto se pagó por su producción y/o transporte, y a quiénes se les está aplicando.
  • Más supervisión ciudadana. Las plataformas construidas sobre la base de MapaInversiones poseen un canal que permite reportar cualquier situación irregular y apoyar su queja con imágenes o videos.
  • Efecto multiplicador. Tras el lanzamiento de MapaInversiones en Paraguay, varios países de la región lanzaron plataformas similares y sin costo para los ciudadanos. Algunos países pusieron una lupa en la construcción de hospitales modulares, como es el caso de Argentina, Paraguay y Costa Rica divulgaron información sobre compras y contratos públicos, subsidios y donaciones. República Dominicana próximamente lanzará esta plataforma con información sobre los contratos asociados a la compra de pruebas para el COVID-19 o la inversión en hospitales.

La corrupción es ante todo una afrenta al principio de igualdad ante la ley. Por eso, herramientas como Mapainversiones deben ser complementadas con la aplicación de leyes que permitan identificar, perseguir y penalizar a aquellos individuos que hacen un uso indebido de los recursos públicos.

Ante la corrupción, todos nos convertimos en puntos. Pero de cerca, cada punto es una persona, un ciudadano. Y todos cuentan.

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* La versión original de este artículo fue publicada en el diario El País por el autor bajo el título “Una receta para la integridad”.

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