Los poderes legislativos de América Latina y el Caribe reciben, en general, una baja calificación en cuanto a confianza ciudadana. Según el Latinobarómetro, más del 75% de los ciudadanos reconoce tener poca o ninguna confianza en sus congresos. Esta baja calificación no es algo nuevo. Desde que se mide este dato, el nivel de aprobación ciudadana nunca ha superado el 35%. Parte de la desconfianza ciudadana emana de la poca capacidad de los ciudadanos para influir en la elaboración de leyes. Como bien advierte el Informe del Grupo Asesor de Expertos en Anticorrupción, Transparencia e Integridad para América Latina y el Caribe, la desigualdad del poder económico está íntimamente ligada con la desigualdad para influir en las políticas públicas, incluida la sanción de leyes.
¿Existe la posibilidad de revertir esta situación?
La respuesta corta es que sí. La democracia constitucional se basa en el principio de que la deliberación y la transparencia son fundamentales para que las decisiones tengan mayor legitimidad. Las tecnologías digitales están contribuyendo a convertir en realidad el ideal sobre sistemas democráticos más robustos e inclusivos. En busca de ampliar el acceso más equitativo a esa deliberación y fomentar la apertura del gobierno y el control social, paulatinamente han surgido varias iniciativas de participación ciudadana en procesos legislativos, como las audiencias públicas en las comisiones legislativas para la regulación de los servicios públicos o los programas de presupuestos participativos. Estas formas de participación dependen -aún hoy en día en algunos casos- de que los ciudadanos, las organizaciones de la sociedad civil y los grupos de interés, dispusieran de tiempo y recursos para participar de manera presencial en la actividad legislativa. Las tecnologías de la información y comunicación nos dan una enorme oportunidad de ampliar y mejorar los canales de participación legislativa tradicionales. Las experiencias de diseño abierto y colaborativo, por ejemplo, permiten utilizar la inteligencia colectiva y que una multitud organizada genere más impacto que la suma de sus partes.|
Plataformas de crowdsourcing: ¿Cuál es su valor añadido?
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