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Cómo transformar la atención a la violencia contra las mujeres a través de la digitalización

Género y Diversidad Cómo transformar la atención a la violencia contra las mujeres a través de la digitalización Un nuevo estudio del BID permite comprender con mayor precisión cómo se están transformando los servicios de atención y prevención ante la violencia contra las mujeres, qué capacidades tecnológicas se han desarrollado y cuáles son las brechas que aún limitan una atención más integrada, accesible y segura. Nov 24, 2025
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  • El estudio analiza cinco dimensiones clave de un ecosistema digital funcional: gestión de servicios, gobernanza, infraestructura, infostructura y cultura organizacional.
  • El resultado nos permite comprender cómo se están transformando los servicios de atención y prevención de la violencia contra las mujeres, qué capacidades tecnológicas se han desarrollado y cuáles son las brechas que aún limitan una atención más integrada, accesible y segura.

Una radiografía permite ver con claridad lo que no se ve a simple vista. Eso logra el nuevo estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), “Radiografía digital de los servicios de prevención y atención a la violencia contra las mujeres”, que mapea por primera vez el ecosistema digital de los mecanismos para el adelanto de las mujeres (MAM) en América Latina y el Caribe.

En 2023, 18 países de la región participaron en dos encuestas dirigidas a equipos técnicos de sus ministerios, secretarías e institutos de la mujer. El estudio analizó cinco dimensiones clave de un ecosistema digital funcional: gestión de servicios, gobernanza, infraestructura, infoestructura y cultura organizacionalEl resultado es un diagnóstico que permite comprender con mayor precisión cómo se están transformando los servicios de atención y prevención, qué capacidades tecnológicas se han desarrollado y cuáles son las brechas que aún limitan una atención más integrada, accesible y segura.

Este proceso forma parte de un esfuerzo más amplio de modernización del Estado, donde la digitalización de los servicios públicos, incluidos los relacionados a la violencia contra las mujeres, se consolida como una herramienta para fortalecer la gestión, mejorar la coordinación interinstitucional y ampliar el acceso ciudadano.

“El estudio analiza los avances en los procesos de digitalización de los servicios públicos de atención a la violencia contra las mujeres en 17 países de América Latina y el Caribe. Examina cinco dimensiones que conforman un ecosistema digital modelo de servicios, gobernanza, infraestructura, infoestructura y cultura organizacional, lo que permite identificar avances, desafíos y oportunidades para fortalecer la transformación digital de los servicios de atención a la violencia contra las mujeres. Sus hallazgos ofrecen orientaciones concretas para avanzar hacia sistemas de atención más integrados, sostenibles y centrados en las mujeres”. 

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Un panorama que empieza a tomar forma

El diagnóstico muestra un avance claro, aunque desigual. La mayoría de los MAM ya utiliza canales digitales: el 78% WhatsApp y el 72% redes sociales, lo que que representa mejoras significativas en accesibilidad y comunicación. Sin embargo, la mayoría los emplea para funciones básicas de información y referencia. Los servicios especializados, como la asistencia legal (44%) o la consejería grupal (6%), siguen siendo menos frecuentes.

Los datos confirman una tendencia: la digitalización avanza, pero aún no logra desplegar todo su potencial transformador. Incorporar servicios más integrales y conectar modalidades presenciales y digitales son pasos esenciales para garantizar una atención continua y de calidad. Hoy, solo el 28% de los países cuenta con modelos híbridos que permitan que una mujer inicie su proceso de manera presencial y lo continúe de manera remota sin tener que empezar de cero.

La tecnología como aliada del cambio

El estudio también destaca avances en el fortalecimiento de la infraestructura tecnológica. Más del 90% de los MAM dispone de lineamientos sobre la protección de datos personales, lo que refleja una creciente preocupación por la seguridad y la confidencialidad de la información. No obstante, la encriptación de datos (50%) y la autenticación de doble factor (36%) aún requieren fortalecimiento. Por su parte, los sistemas de interoperabilidad, que permiten compartir información de forma automática y segura entre instituciones, existen en solo el 21% de los países, lo que limita una respuesta más coordinada.

La dimensión de la gobernanza digital presenta un panorama similar: los marcos estratégicos existen, pero los servicios de atención a la violencia contra las mujeres no siempre están plenamente integrados en las estrategias nacionales de transformación digital. Aunque casi todos los países cuentan con planes de digitalización, solo el 69% incluye explícitamente estos servicios. La integración formal no es solo una cuestión de visibilidad, garantiza: 

  • Disponibilidad presupuestaria
  • Soporte técnico permanente
  • Continuidad institucional

En cuanto al uso de la información, el estudio muestra que, aunque la mayoría de los MAM recopila datos básicos, solo la mitad realiza evaluaciones de riesgo, un insumo clave para priorizar casos, y apenas el 14% cuenta con sistemas de alerta temprana que permitan anticipar situaciones críticas. Avanzar hacia una gestión de datos más estructurada puede fortalecer la planificación y priorización de los servicios, pasando de la reacción a la prevención.

Finalmente, ninguna innovación tecnológica puede sostenerse sin las personas detrás. La cultura organizacional y las capacidades del personal son el corazón de cualquier transformación digital. Casi todos los MAM reportan contar con equipos técnicos, pero solo la mitad dispone de recursos para formación continua, y menos de una cuarta parte accede a cursos autogestionados o plataformas de aprendizaje digital. Fortalecer estas capacidades no es un paso complementario: es el motor que impulsa el funcionamiento y la evolución de los sistemas.

Una hoja de ruta para seguir avanzando

El estudio propone varias líneas de acción para consolidar los avances y fortalecer la digitalización de los servicios de prevención y atención a la violencia contra las mujeres:

  • Integrar estos servicios en las estrategias nacionales de transformación digital,
  • Promover la interoperabilidad entre instituciones,
  • Invertir en infraestructura tecnológica segura
  • Fomentar la capacitación continua del personal técnico
  • Diseñar sistemas centrados en las usuarias: accesibles, confiables y capaces de acompañar todo el proceso de atención sin fragmentaciones.

Esta radiografía ofrece una imagen alentadora. Los cimientos de la transformación digital ya están presentes en gran parte de la región. El desafío ahora es consolidar estos avances, conectarlos entre sí y ampliar su alcance. Solo así la tecnología podrá cumplir su verdadero propósito: potenciar los esfuerzos de prevención, atención y protección frente a la violencia contra las mujeres, y contribuir a que cada mujer encuentre respuestas más oportunas y seguras.

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