La idea de una institución de desarrollo regional para América Latina surgió por primera vez en el siglo XIX. En 1844, el estadista argentino Juan Bautista Alberdi propuso la noción de un banco panamericano en su tesis en la Universidad de Chile. Pero no fue hasta principios del siglo XX que la idea comenzó a tomar forma.

En la Primera Conferencia Internacional de los Estados Americanos en Washington, D.C., se discutió la propuesta de un banco regional junto con la creación de la Oficina Internacional de Repúblicas Americanas (el precursor de la Organización de los Estados Americanos, OEA).

La Séptima Conferencia Internacional de Estados Americanos en Montevideo, Uruguay, avanzó la idea de crear un banco panamericano con poderes de banca central, pero la iniciativa no logró ganar tracción.
No fue hasta 1959 que el sueño se hizo realidad, gracias a los esfuerzos del Presidente de Brasil Juscelino Kubitschek y la Organización de los Estados Americanos (OEA) para fomentar una mayor cooperación para abordar las necesidades de desarrollo urgentes de la región. El BID se estableció formalmente para promover el desarrollo en América Latina y el Caribe, apoyando la reducción de la pobreza y el progreso social.

El BID se crea formalmente con la firma de los Convenio Constitutivo por 19 países miembros fundadores. La nueva institución se propone contribuir a la aceleración del proceso de desarrollo económico y social de los países miembros en desarrollo de la región, individual y colectivamente.
A lo largo de las décadas, el BID ha evolucionado, se ha expandido y se ha adaptado para satisfacer las necesidades cambiantes de la región. Con cada fase de crecimiento, el Banco ha aumentado continuamente su capital, fortalecido sus asociaciones e innovado en su enfoque hacia el desarrollo.

Una nueva entidad centrada en la financiación de pequeñas y medianas empresas en la región.

Un fondo autónomo gestionado por el BID que proporciona subvenciones, inversiones y préstamos para promover el crecimiento del sector privado, la capacitación de la fuerza laboral y la modernización de pequeñas empresas en América Latina y el Caribe.

Permitiendo al BID apoyar mejor a sus países miembros.

Permite alianzas más fuertes con organizaciones filantrópicas, el sector privado y las instituciones financieras.
En los últimos años, el BID ha continuado su trabajo transformador a través de enfoques innovadores, iniciativas digitales y aumentos sustanciales de capital para asegurar su sostenibilidad a largo plazo.

El BID aprueba el mayor aumento de capital de su historia, recaudando US$70 mil millones para apoyar su creciente agenda de desarrollo.

Las Juntas de Gobernadores del BID y la CII aprobaron la consolidación de sus operaciones del sector privado en la CII Que fue renombrada como BID Invest y recibió un aumento de capital de US$2.03 mil millones para fortalecer las operaciones sin garantía soberana.

El Fondo Multilateral de Inversiones se renombra como BID Lab, con un mayor enfoque en la promoción de la innovación.

El BID obtiene la calificación crediticia más alta posible de Standard & Poor’s (AAA). Reflejando su sólida posición financiera y gobernanza efectiva.
En 2020, mientras la pandemia de COVID-19 transformaba el mundo, el BID desempeñó un papel crucial al proporcionar apoyo financiero y técnico a sus países miembros, ayudándolos a navegar los impactos económicos, sociales y de salud de la crisis.

Para apoyar los esfuerzos de respuesta y recuperación ante la pandemia, abordando necesidades críticas en atención médica, bienestar social y política fiscal.

Incluyendo una nueva Estrategia Institucional, un aumento de capital para BID Invest y recursos adicionales para BID Lab.

A lo largo de su historia, el BID ha demostrado consistentemente su habilidad para analizar el panorama socioeconómico de cada uno de sus países miembros prestatarios y entender las necesidades prioritarias para su desarrollo económico y social.
Desde el inicio de sus operaciones, el Banco se ha destacado por su capacidad de innovación, pragmatismo y eficiencia, así como por su espíritu de cooperación y respeto por la soberanía y los valores culturales de cada país. Con esta perspectiva, el BID está impulsando una agenda ambiciosa para ayudar a los países miembros a reducir la pobreza y la desigualdad, abordar el cambio climático y promover el crecimiento sostenible en la región.
Al implementar reformas críticas, el BID está transformando sus operaciones para convertirse en una institución más robusta y eficaz, mejorando vidas en toda América Latina y el Caribe.
Descubre nuestras soluciones para gobiernos.
Descubre cómo BID Invest y BID Lab colaboran con el sector privado.
Explora oportunidades para asociarte con nosotros.
Conoce cómo trabajamos con la sociedad civil para fortalecer la sostenibilidad de los proyectos de desarrollo.