FORTALEZA, Brasil - La proliferación de más de 20 acuerdos de comercio regionales en las Américas, negociados durante la década pasada, ha contribuido a una dramática caída en el nivel promedio de los aranceles aduaneros, un mayor volumen de intercambio regional y una preparación más realista para competir en un mundo cada vez más globalizado, según un informe presentado por economistas del Banco Interamericano de Desarrollo.
El estudio What’s New in the New Regionalism in the Americas? (Qué Hay de Nuevo en el Nuevo Regionalismo en las Américas), preparado por el subgerente del Departamento de Integración y Programas Regionales del BID, Robert Devlin, y el economista senior Antoni Estevadeordal, destaca que las negociaciones y las estructuras de comercio regionales concluyeron más exitosamente durante los años 90 que los intentos de décadas previas.
El estudio fue presentado en el seminario Mirando más allá de nuestras Fronteras: Oportunidades y Desafíos del Nuevo Regionalismo, celebrado el lunes en esta ciudad nordestina donde se lleva a cabo la reunión anual de la Asamblea de Gobernadores del BID, del 11 al 13 de marzo.
“En esencia, el nuevo regionalismo de los años 90 es una parte integral de las amplias reformas estructurales que se han estado llevando a cabo en América Latina desde mediados de la década de los años 80”, señalan Devlin y Estevadeordal.
El estudio apunta que la liberalización regional avanzó a la par de otros procesos como la activa participación en América Latina en la Ronda Uruguay de negociaciones comerciales, y que, entre mediados de los años 80 y mediados de los años 90, América Latina redujo unilateralmente su arancel externo promedio de más de 40 por ciento a 12 por ciento.
El resultado fue un robusto crecimiento promedio en el comercio internacional durante la década pasada, especialmente en el intercambio regional, que pasó de 13 por ciento del total en 1990 a 20 por ciento hacia fines de la década pasada.
Devlin y Estevadeordal observan que uno de los desafíos para avanzar en acuerdos comerciales más amplios es el llamado efecto de “plato de espagueti” causado por las diferencias de reglas entre los más de 20 pactos que coexisten en la región, entre ellos el Mercosur, el Pacto Andino, el Mercado Común Centroamericano, el Caricom y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (también conocido por la sigla inglesa NAFTA).
Otros tres trabajos fueron presentados en el seminario fueron: Regional Integration and the Location of FDI (Integración Regional y la Radicación de la Inversión Extranjera Directa), por Eduardo Levy Yeyati, Ernesto Stein y Christian Daude; Trade Agreements, Exchange Rate Disagreements (Acuerdos de Comercio, Desacuerdos de Tipos de Cambio), por Eduardo Fernández-Arias, Ugo Panizza y Ernesto Stein; y Market Access in the Americas: An Unfinished Agenda (Acceso a Mercados en las Américas: Una Agenda Inconclusa), por Antoni Estevadeordal, Marcos Jank y Jaime Granados.
Otros temas discutidos por los panelistas en el seminario incluyeron los ajustes en las industrias que quedan expuestas a la competencia tras años de proteccionismo, la reorientación de flujos comerciales, los desequilibrios de tipos de cambio entre países asociados en acuerdos comerciales, los efectos de radicación de la liberalización de la inversión extranjera directa, la falta de investigación y datos empíricos del efecto de la liberalización.
El seminario, que fue inaugurado y cerrado por la gerente del Departamento de Integración y Programas Regionales del BID, Nohra Rey de Marulanda, formó parte de la serie de conferencias organizadas con motivo de la reunión anual del Banco.