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Impulso al turismo a base de naturaleza y cultura

Una reserva de 730 hectáreas de bosque nublado en Ecuador rural es la parte de un proyecto comunitario conocido como Santa Lucía, el cual procura conservar la naturaleza a través de prácticas de ecoturismo y generar nuevos ingresos para familias campesinas locales que manejan sus propios recursos.

Santa Lucía es sólo uno de los 41 programas pilotos de mejores prácticas de gestión sobre turismo sostenible, llevados a cabo en Ecuador con el apoyo de Rainforest Alliance, una organización no gubernamental (ONG) cuya misión es conservar la biodiversidad y asegurar sustentos sostenibles transformando prácticas de uso de tierra, prácticas comerciales y comportamiento de consumidor.

Costa Rica y Ecuador son dos pequeños países que conducen prácticas de turismo sostenibles en América Latina. Para mucha gente Costa Rica se ha convertido en sinónimo de ecoturismo, mientras Ecuador se convierte en un país modelo para el desarrollo de turismo sostenible en Sudamérica.

Durante una conferencia sobre el “clúster” de turismo sostenible del Fondo Multilateral de Inversión (FOMIN) del BID, Ronald Sanabria, Director de Turismo Sostenible para Rainforest Alliance, subrayó que el creciente apoyo a destinos turísticos basados en naturaleza  y cultura revela que el turismo sostenible es el inicio de un crecimiento exponencial en países latinoamericanos con abundantes recursos naturales y que invierten en la conservación de aquellos recursos.

Según Conservación Internacional, el turismo hacia los centros de biodiversidad del mundo o a las áreas con concentraciones altas de especies únicas de plantas y vida silvestre —la mayoría ubicadas en América Latina— ha aumentado en un 100 por ciento desde el 1990.

Sanabria explicó muchas ventajas comerciales que provienen de la facilitación del desarrollo de estándares regionales y universales de turismo sostenible, además del aumento de credibilidad y apoyo de mercado a la certificación de turismo sostenible—una herramienta para integrar la biodiversidad en el turismo a través de la certificación "verde" de los negocios.

Algunos criterios incluyen el cumplimiento con la legislación, el consumo de agua y energía,  esfuerzos para conservar la biodiversidad, desarrollo comunitario, respeto por las culturas locales y prácticas responsables de comercialización.

Estas certificaciones ayudan a identificar los negocios que comparten una misma dirección hacia prácticas de turismo sostenible. Con este fin, la red de certificación también puede servir como una estrategia compartida de comercialización para atraer a los viajeros que sean más conscientes con el medio ambiente, con el potencial de aumentar la competitividad de las pequeñas y medianas empresas.

Según participantes representando el lado de la oferta del sector turístico en Costa Rica y Ecuador, las agencias de viajes, operadores turísticos, hoteleros, y otros involucrados en el sector cada vez más buscan hacer negocios con alianzas certificadas. También sostuvieron que sus negocios han aumentado desde 2003, cuando Rainforest Alliance entró a tallar sus actividades con un proyecto financiado por el FOMIN para la promoción de prácticas responsables de turismo, motivándolos a afiliarse voluntariamente a iniciativas de certificación de turismo sostenible.

Santiago Soler, coordinador del MIF para el “clúster” de turismo sostenible, presentó los 22 proyectos del MIF financiados en 17 países en América Latina, y destacó la asociación con Rainforest Alliance en la ejecución de mejores prácticas de gestión de turismo sostenible para pequeñas y medianas empresas.

Para concluir, Sanabria subrayó como estas alianzas sirven para integrar los principios de turismo sostenible y conservar la biodiversidad a lo largo de la cadena de comercialización del sector, a través de la conexión de proveedores de servicio de turismo sostenible con compradores y consumidores.

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