El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) está ayudando a Guatemala a avanzar en sus esfuerzos para proteger y desarrollar de manera sostenible la Reserva de la Biosfera Maya, el área protegida más grande de Centroamérica.
La reserva, que alberga un complejo sistema de bosques naturales, magníficos sitios arqueológicos y una biodiversidad única, ha estado bajo la presión de una proliferación de asentamientos ilegales y de actividades económicas, que van desde el contrabando de maderas preciosas y vida silvestre hasta la exploración de campos petroleros y formas diversas de insostenible agricultura, ganadería y explotación forestal.
Los incendios son la mayor amenaza a la biosfera, ya que se usan a menudo para limpiar el bosque. Cerca de 85.000 personas viven en la reserva.
El Gobierno de Guatemala, con el apoyo del BID y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), está trabajando para educar a la población local sobre los incendios forestales, desarrollar actividades económicas sostenibles, identificar el territorio a proteger y crear puestos de vigilancia en el bosque para frenar la deforestación. Por otra parte, el Banco también está ayudando a mejorar la formación técnica de la agencia responsable de gestionar y proteger la reserva.
Estos proyectos, junto con otras medidas adoptadas por el gobierno de Guatemala, buscan disminuir el número de incendios en la Reserva de la Biosfera, que abarca 20 por ciento del territorio del país.
Las acciones financiadas por el BID-FMAM son parte de un plan actualmente en curso destinado a fortalecer la conservación participativa y transformar el departamento norteño de Petén, donde se encuentra la reserva, en un gran destino turístico sostenible para reducir la presión de la expansión de la agricultura y otras actividades económicas en la reserva. Cerca de 300.000 turistas visitan la reserva cada año.
"Para tener éxito, hemos adoptado un enfoque integrado y hemos pedido a las comunidades locales que trabajen con nosotros", dijo Juan de Dios Mattos, especialista en recursos naturales y medio ambiente del BID, que encabeza los proyectos del Banco en la Biosfera. "No podemos resolver el problema de la deforestación en la reserva sin mejorar las condiciones económicas y sociales de la población pobre", agregó.
La alianza BID-FMAM está financiando la construcción de ocho puestos de control y vigilancia en el bosque y ayudando también al Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), la agencia responsable de la gestión de la reserva, para iniciar la demarcación física de las cinco áreas protegidas en Petén.
La reserva de 21.130 kilómetros cuadradlos es más del doble del tamaño del Parque Nacional de Yellowstone en los Estados Unidos. Tiene tres zonas principales. Una zona central está totalmente protegida por parques nacionales. Hay una zona de usos múltiples, en donde ciertas actividades económicas reguladas son permitidas, como la recolección sostenible de la madera, así como productos forestales y agrícolas tradicionales. También existe una zona de amortiguamiento.
En las zonas de usos múltiples, el BID ha venido apoyando las campañas educativas para enseñar a las comunidades locales y a los agricultores sobre la mejor forma de limpiar la tierra sin apelar a los incendios, así como la utilización sostenible de los recursos forestales.
Por ejemplo, una de las campañas enseña a los agricultores cómo cosechar xate, un tipo de hoja de palma que se usa en arreglos florales, sin matar al árbol. En otro, el BID ha apoyado la capacitación técnica para enseñar a los apicultores sobre cómo ampliar y mejorar la calidad de su miel para aumentar sus ingresos y reducir así su dependencia de la agricultura.
"El año pasado vendí un tonel de miel y recibí 5.000 quetzales por eso. Me dije a mí mismo ´esto es bueno´", dijo Omar Cardona García, quien se enteró a través de los cursos financiados por el BID y el FMAM sobre cómo construir mejores colmenas, así como su mantenimiento. "Siento que si puedo aumentar el número de abejas tendré una mayor producción y de ese modo seré capaz de proporcionar un mejor sustento a mi familia".
El adiestramiento ofrecido a CONAP está contribuyendo a mejorar la capacidad del organismo para controlar los incendios forestales y la conservación de la biodiversidad.
Además, el BID está apoyando la creación de cinco circuitos turísticos respaldados por el Instituto Guatemalteco de Turismo, con la participación y para el beneficio de las comunidades locales. El Banco está financiando la construcción y equipamiento de museos y una escuela de turismo comunitario, la restauración de sitios arqueológicos y un plan de señalización vial para las carreteras y circuitos turísticos en El Petén. El Banco también está apoyando medidas que han sido adoptadas para reducir la contaminación en la cuenca del lago Petén Itzá, en la parte sur de la reserva.
Los programas del BID actualmente en curso en la Reserva de la Biosfera son financiadas mediante un préstamo de US$30 millones, aprobado en 2006 y por una donación de US$3,6 millones del Fondo Mundial para el Medio Ambiente, aprobado en 2008.