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Estudio BID indica cómo utilizar tecnología para mejorar aprendizaje de matemáticas

La tecnología puede ayudar a cerrar la brecha de aprendizaje de matemáticas en América Latina y el Caribe si se toman en cuenta elementos como la formación de los docentes y el uso de herramientas bien enfocadas, según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo.

La tecnología está tomando un posicionamiento central en la enseñanza en los tiempos de pandemia, con millones de alumnos que dependen de las computadoras y del internet para adquirir los conocimientos que necesitan.

Según Aprender Matemáticas en el Siglo XXI, A Sumar con Tecnología, los alumnos de la región tienen un bajo rendimiento en matemática, lenguaje y ciencias y, de las tres asignaturas, el rendimiento en matemática es el peor. El 63 por ciento de los alumnos de 15 años no han alcanzado el nivel 2 (nivel básico) de competencia en matemática, en comparación con el 50 por ciento en ciencias y el 46 por ciento en lenguaje.

Los autores identifican diversas razones por las brechas, incluyendo limitados materiales de enseñanza, poco apoyo para los alumnos fuera del aula y limitada adopción de prácticas pedagógicas que promuevan la aplicación de la matemática a problemas reales.

“El aprendizaje asistido por computadoras podría ayudar tanto a alumnos como a maestros, y esto es aún más urgente en la era de la pandemia COVID-19”, dijo Elena Arias, especialista senior de la División de Educación del BID. “Sin embargo, no podemos tener una confianza simplista en soluciones tecnológicas. Necesitamos utilizar la tecnología para promover un razonamiento crítico en los alumnos. La tecnología no puede ser una meta en si misma”.

“El mensaje principal para los educadores es que deben diseñar programas en los que se aprovechan las ventajas comparativas que tiene la tecnología como la capacidad de dar retroalimentación inmediata y de incrementar la motivación de los estudiantes”, dijo Julián Cristia, economista del BID especializado en educación. “En este sentido el libro es una guía para hacedores de políticas, especialistas en educación y maestros, que buscan rescatar las mejores prácticas de la tecnología de modo de poder hacer una diferencia en este contexto desafiante”.

Los autores han identificado diez características clave de modelos de programas que impactan positivamente en aprendizaje, desde el tipo de tecnología hasta el tipo de capacitación que necesitan los maestros. El libro incluye ejemplos concretos de uso exitoso de tecnología en Chile, Colombia y Estados Unidos. Los programas exitosos suelen apoyar a los profesores y los alumnos de manera individual, a través del juego, la exploración y la visualización.

Un ejemplo típico del desajuste entre la expectativa y la realidad es el programa Una Laptop por Niño, que busca mejorar la educación en las regiones más pobres del mundo. El programa se implementó a nivel internacional, pero fue especialmente popular en América Latina y el Caribe, donde más de dos millones de laptops fueron distribuidas. El programa tuvo algunos efectos positivos en las habilidades cognitivas generales y digitales, pero no tuvo efectos medibles en matemática ni en comprensión lectora.

El libro recomienda utilizar programas que guían claramente a los participantes sobre cómo usar los recursos tecnológicos disponibles para fomentar mejores resultados académicos. Un programa se considera como guiado si define específicamente el tema objetivo, el software que se usará y la duración semanal de su utilización. El estudio recomienda a los gobiernos a que evalúen rigorosamente los resultados de programas para determinar lo que está funcionando, incluso dentro del abanico de programas guiados, ya que varios de estos últimos no logran los resultados esperados.

“Los países de la región han realizado grandes inversiones en tecnología educativa, y el acceso a computadoras y tabletas está bastante extendido en las escuelas públicas urbanas”, señala el libro. “Es importante diseñar e implementar modelos que puedan hacer un uso efectivo de las tecnologías disponibles, generando beneficios significativos a un bajo costo”.

Sobre el BID

El Banco Interamericano de Desarrollo tiene como misión mejorar vidas. Fundado en 1959, el BID es una de las principales fuentes de financiamiento a largo plazo para el desarrollo económico, social e institucional de América Latina y el Caribe. El BID también realiza proyectos de investigación de vanguardia y ofrece asesoría sobre políticas, asistencia técnica y capacitación a clientes públicos y privados en toda la región.

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