El Banco Interamericano de Desarrollo anunció hoy la aprobación de un préstamo de 80 millones de dólares a la República Dominicana para apoyar la primera fase de un programa para mejorar la equidad en la educación básica que concentrará esfuerzos en escuelas y estudiantes en zonas rurales y urbanas marginales.
Durante la primera fase del programa, que durará cuatro años, la Secretaría de Estado de Educación implantará nuevos modelos para atender a niños en poblaciones desfavorecidas en zonas rurales y urbanas marginales, donde los indicadores de desempeño escolar están rezagados en comparación con las zonas urbanas.
Para la segunda etapa, que se desarrollará a lo largo de cinco años, el BID aportaría un préstamo de 100 millones de dólares para extender por todo el país estas nuevas iniciativas educativas, que se ajustarán según evaluaciones de los resultados de la fase inicial.
“El programa dominicano reconoce que existen disparidades importantes de logro educativo entre los niños más pobres y los demás niños. Por lo tanto, los sistemas universales de provisión de educación deben incorporar estrategias diferenciadas de atención a estas poblaciones,” explicó la jefa de equipo del proyecto del BID, Carola Álvarez.
Un componente del nuevo programa apunta a mejorar la educación en el ámbito rural, donde las tasas de repetición de grado y deserción son más elevadas que en las escuelas urbanas. Las actividades apoyarán a las escuelas rurales multigrado, donde un maestro enseña a niños de distintos grados y edades dentro de una misma aula.
Este componente financiará guías didácticas, materiales educativos y bibliotecas, talleres de capacitación para docentes rurales e inversiones en infraestructura para proveer agua potable, servicios sanitarios y rehabilitar aulas en las escuelas multigrado.
Otro componente buscará reducir las disparidades entre las escuelas urbanas marginales y las instituciones educativas en zonas más pudientes. En este caso, el mayor problema es la alta tasa de deserción generada por factores de riesgo que suelen afectar a niños de hogares pobres.
Bajo el programa se financiarán talleres de capacitación para docentes, especialmente en refuerzos de aprendizajes para alumnos rezagados. Asimismo se mejorarán los materiales educativos y la infraestructura en escuelas urbanas marginales. Durante la primera fase se implementará el modelo en zonas marginales de Santo Domingo, Santiago y La Vega. En la segunda fase se expandirá a otros centros urbanos.
Un tercer componente mejorará la gestión de información, la calidad de datos y los indicadores utilizados por la Secretaría de Estado de Educación. Por último, se creará un fondo para financiar innovaciones propuestas tanto por instituciones públicas como por ONGs y entidades privadas que trabajan en el sector educativo.
La operación refleja la estrategia del BID y la República Dominicana de mejorar el nivel educativo de la población a fin de reducir las brechas económicas y sociales. Durante la década pasada el BID apoyó la reforma de la educación básica mediante dos préstamos por un total de 81,3 millones de dólares. Esos recursos financiaron un programa que permitió ampliar la cobertura, reducir la tasa de repetición y aumentar la tasa de graduación.
El nuevo préstamo fue otorgado a un plazo de 25 años, con un período de gracia de 4 años, y a una tasa de interés variable, que en la actualidad es de 5,39 por ciento al año. Para la primera fase del programa, los fondos de contrapartida local ascenderán a 9 millones de dólares.