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Una nueva vida para Pando Norte

Abril 15, 2019

 

“Las vías del tren de Pando eran un límite imaginario. Al norte de la vía se situaba la parte periférica, donde estaban las prostitutas, proxenetas y ladrones”, dice Giaana sobre la historia de su vecindario, Pando Norte. Giaana Canale es una herrera de profesión que vive en Pando, una ciudad uruguaya localizada a 30 kilómetros de Montevideo. 
 
El barrio Pando Norte nació en los espacios olvidados de la ciudad. En 1940 se construyó un hipódromo en esta área, el cual duró abierto pocos años. Cuando cerró, pobladores pobres se desplazaron a esta zona y convirtieron las antiguas caballerizas del hipódromo en casas. Con el tiempo, los vecinos empezaron a distribuir el terreno y se fueron asentando más familias, algunas con títulos de propiedad y otras en asentamientos informales. La población de Pando Norte creció a 5800 personas, de las cuales 1500 lo hacían en 5 asentamientos informales.
 
“Yo hace 20 años que vivo acá y siempre con la promesa de tener algo propio, de tener los documentos y pagar mi contribución. Uno siempre está con el miedo de que venga alguien y te pueda sacar”, dice Susana Pintos, una residente de un asentamiento informal de Pando Norte.  
 

Las imágenes hablan por si solas. 38 familias hoy recibieron las llaves de sus nuevas casas Ya es un hecho, y quien...

Posted by Proyecto Pando Norte on Friday, September 28, 2018

 
Las carencias en la zona, sobre todo en la sección de asentamientos informales, eran severas. Muchos hogares no contaban con electricidad, agua, saneamiento o una vivienda digna. Las casas estaban separadas por caminos de tierra, lejos de cualquier servicio público como una clínica de salud o una oficina de la policía. Para aquellos que vivían en asentamientos informales, la preocupación de ser desalojados era un miedo recurrente.  
 

El renacer de una comunidad

En 2013 el gobierno uruguayo invitó a los ciudadanos de Pando Norte a trabajar en la transformación de su barrio. El gobierno llevó a cabo un análisis de las necesidades estructurales de la comunidad, desde la falta de acceso a infraestructura pública como caminos pavimentados y líneas de buses, hasta la carencia de servicios sociales como la salud o la educación. Por su parte, los ciudadanos llevaron a cabo juntas vecinales para promover y comunicar las necesidades del barrio al gobierno. Como resultado, nació un plan de mejoras que se puso en marcha con la firma de aprobación de más del 70% de los hogares

 

 

Además, el proceso de mejora del barrio ayudó a crear una mayor cohesión social. No solo se mejoró la infraestructura básica, sino que además se construyeron nuevos espacios de encuentro para los vecinos. La plaza central, en particular, se conviritió en un hito para la comunidad. En ella, se construyó un centro de salud, un centro de atención para la primera infancia y un centro regional para prevenir la violencia contra la mujer, lo cual trajo a gente de otros barrios a esta parte de la ciudad. A los vecinos en asentamientos informales, se les ayudó a regularizar sus títulos de propiedad para que pudieran integrarse por completo a su ciudad.  
 

 

 

Capital social y sostenibilidad

“Lo más importante del programa es que genera un sentido de comunidad y capital social”, dice Verónica Adler, especialista en vivienda y desarrollo urbano del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Uruguay. “Al final, el objetivo de estos programas es que los vecinos se sientan un ciudadano más con sus deberes y derechos¨. 
 
La intervención en Pando Norte forma parte de una estrategia nacional de mejoramiento de barrios que el BID apoya desde 2008. A través de tres créditos por un total de 200 millones de dólares, el BID ha asistido al Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente a incrementar el acceso a servicios públicos para 11.000 viviendas en barrios marginales. 
 
Uno de los beneficios del programa es que ha contribuido a la igualdad de género con la entrega de títulos de propiedad a las mujeres. Cerca del 75 por ciento de los 1.413 títulos han sido expedidos a mujeres, ya sean solteras o como parte de una pareja. 
 
El programa también está a la vanguardia en temas ambientales. El tercer préstamo de mejoramiento de barrios es el primero en apegarse a los compromisos de combate al cambio climático que Uruguay estableció en 2017. Como parte de los Acuerdos de París, el país fijó la meta de reducir sus emisiones de CO2 en 24 por ciento relativo a su PIB para 2025, en comparación con los valores de 1990.

Entre otras medidas, se impulsaron servicios básicos resilientes y bajos en carbono, así como la construcción de viviendas de interés social con mejores estándares de eficiencia energética. Las viviendas en zonas de riesgo de inundación se reubicaron y rediseñaron para ser más resilientes a los efectos del cambio climático. El impacto del programa de Mejoramiento de Barrios de Uruguay ha sido tal que, recientemente, fue destacado como un caso de éxito en el Informe de Sostenibilidad 2018 del BID.  
 
Descarga nuestro Informe de Sostenibilidad  
 
El Programa de Mejoramiento de Barrios ya ha completado obras en 80 barrios, de acuerdo a la página web oficial del programa. Sin embargo, para los vecinos de Pando Norte, el proceso de mejora de su barrio va más allá de las estadísticas. El mayor logro se mide en el creciente sentido de dignidad y cercanía que siente su comunidad. 
 
“Lo que quiero es vivir en un lugar agradable y sano. Que nuestro barrio tenga lo básico para que vivamos dignamente. Eso, nada más que eso, conservarse en este lugar y vivir dignamente”, dice Giaana.  
 
Descarga gratis el Informe de Sostenibilidad del BID para conocer por qué el Programa de Mejoramiento de Barrios ha sido destacado como un caso de éxito. 
 

 

Mejorando vidas
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