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En América Latina y el Caribe las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) se han convertido en la principal causa de muerte y discapacidad prematura. En la región, las ECNT causan casi el 68% de la mortalidad y están relacionadas con el 63% de la carga de enfermedad.
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La evidencia económica confirma que el estado de salud se asocia con el crecimiento económico y la productividad debido a la relación de la salud con tasas de fertilidad más bajas, menor riesgo de empobrecimiento como consecuencia de problemas de salud y mayores tasas de ahorro en los hogares.
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La primera infancia, o el período desde la gestación hasta los dos años de vida, es lo más importante en la formación de las capacidades de los individuos y la desnutrición en esta etapa afecta el desarrollo. La desnutrición en 2011 fue responsable del 45% del total de las muertes en niños menores de 5 años.
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Los hogares más pobres enfrentan una doble desventaja: por un lado, están más expuestos a factores de riesgo por las condiciones adversas de vivienda, agua y saneamiento y una alimentación inadecuada. Por otro lado, tienen menor acceso a los servicios de salud y a su vez los servicios son de menor calidad.
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Se estima que en las últimas tres décadas el gasto en salud per cápita en términos reales se cuadruplicó y el gasto total en salud como porcentaje del PIB se incrementó del 6% al 12% en las economías avanzadas y del 3% al 5% en las economías emergentes a nivel global.
MARCO SECTORIAL
El BID está comprometido con las mejoras en la salud de la población y el avance hacia la cobertura universal de salud. Por lo tanto, priorizará acciones para reducir los riesgos para la salud de la población a través de políticas multisectoriales; el fortalecimiento de las redes integradas basadas en la atención primaria de salud con la participación de las personas y sus comunidades, involucrando a los sectores público y privado; la persecución de la sostenibilidad fiscal y financiera mediante la mejora de la eficiencia y la movilización de recursos internos de acuerdo con el perfil económico y epidemiológico de cada país; la promoción de la transformación digital en la atención médica y la inversión en vigilancia epidemiológica y preparación para emergencias.