Pasar al contenido principal

Creación del INTAL

INTAL

Instituto de la Integración de América Latina y el Caribe 

Intal
Hogar Acerca de Publicaciones Integración Digital

1961

A comienzos de la década de 1960, la integración económica del continente formaba parte de un proceso mucho más amplio de integración política. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) jugó un rol fundamental con fecundos estudios e investigaciones que analizaban las ventajas en sentido amplio de la integración. En 1963, en la reunión de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) celebrada en México, el Presidente del BID, Felipe Herrera propuso la creación de un mecanismo coordinador de las diversas instituciones de integración existentes en América Latina.

Los procesos europeos en marcha eran un horizonte. La Comunidad Económica demostraba ser un instrumento eficaz del resurgimiento europeo y del desarrollo de las economías de un número importante de países de ese continente. Sin embargo, se planteaban numerosos interrogantes referidos al cuadro desigual y heterogéneo de una América Latina con regímenes políticos en distintos grados de desarrollo institucional y democrático, con bajos niveles de tecnología y tradiciones empresariales muy diferentes a las de los países del viejo continente.

En 1964, con motivo de la Asamblea de Gobernadores del BID realizada en Panamá, el Presidente Herrera manifestaba que antes de formular el proyecto definitivo de creación de una institución, consideraba conveniente realizar un estudio de las instituciones dedicadas a la investigación y a la enseñanza de los problemas de integración europea.

Realizado el estudio, surgió que la experiencia europea demostraba no sólo la viabilidad de institutos especializados sino también la necesidad de su existencia para dilucidar los problemas de la emergencia de una Europa unida y para crear los cuadros a nivel nacional y regional que hicieran posible la realización del proceso. Dicho estudio confirmó, además, el acierto de los propósitos del Banco de crear un instituto para la integración de América Latina, y durante 1964 prosiguieron los estudios y negociaciones con los diversos países miembros del BID para formular el proyecto definitivo, establecer los financiamientos adecuados y elegir la sede de la nueva institución, sobre la cual existía la convicción de que, siendo el instituto una unidad del Banco destinada a servir los intereses de los países latinoamericanos, su sede debería estar en América Latina.

La creación del Instituto para la Integración de América Latina (INTAL) fue una iniciativa vinculada con los propósitos de apoyo a la integración regional que animan al Banco desde la primera época de su funcionamiento, de acuerdo con las orientaciones de su Convenio Constitutivo, el cual atribuye al BID el objetivo principal de "contribuir a acelerar el desarrollo económico, individual y colectivo de los países miembros" y le asigna la función de cooperar con ellos para "orientar su política de desarrollo... en forma compatible con los objetivos de una mayor complementación de sus economías y de la promoción del crecimiento adecuado de su comercio exterior".

La convicción de que la sede del INTAL debía estar en América Latina planteaba el interrogante de la ciudad latinoamericana más apropiada para el organismo. Fue cuando el gobierno argentino ofreció a Buenos Aires como sede de la institución y difundió el interés personal del entonces presidente de la República Argentina, Arturo Illia, por convertir a su país en la sede del nuevo Instituto.

La iniciativa del BID obtuvo un apoyo unánime por parte de sus países miembros, los cuales acordaron prestar una colaboración financiera -en forma de contribuciones especiales- para el sostenimiento de la nueva institución. Así, mediante Resolución del Directorio Ejecutivo del BID, del 3 de diciembre de 1964, quedó formalmente decidida la creación del INTAL, cuyas actividades se inauguraron oficialmente el 24 de agosto de 1965.

Nacía así el INTAL como una unidad permanente del BID, financiada con recursos del Banco y mediante contribuciones especiales de sus países miembros. Para cumplir su cometido le correspondía al INTAL:

  • Realizar tareas de investigación, enseñanza, asesoría y difusión. Contribuir, mediante el otorgamiento de becas de investigación y la organización de cursos y seminarios, a la formación de (a) funcionarios de organismos públicos y privados vinculados con el proceso de integración y, (b) especialistas para las universidades y centros de enseñanza superior.
  • Realizar seminarios de líderes latinoamericanos en el campo económico, social y político, destinados al análisis de los problemas relacionados con la integración de América Latina.
     
  • Asesorar al BID en materia de integración.
     
  • Reunir, intercambiar con otras instituciones y difundir documentos y estudios sobre los procesos de integración que se lleven a cabo en diversas partes del mundo y, en especial, en América Latina.
     
  • Colaborar con organismos internacionales de ámbito mundial o regional, con universidades y cen-tros de investigación y enseñanza a fin de establecer la ayuda y cooperación necesarias para el cumplimiento de sus objetivos y para evitar la duplicación de esfuerzos.

El INTAL se perfilaba así como conciencia y escuela del proceso de integración latinoamericana y como un centro motor de la investigación y la docencia en este campo. En su discurso inaugural, el Presidente del BID, Felipe Herrera, destacó que: “ninguna convergencia histórica parece más natural que una federación de los pueblos de la América Latina. Disgregados hacía un siglo por la incomunicación y el feudalismo, pueden ya plantear de nuevo el problema de su futura unidad nacional, extendida desde el Río Bravo hasta el estrecho de Magallanes, para emprender nuestra gran obra del porvenir: desenvolver la justicia social en la nacionalidad continental". Ver discurso completo.

Con el paso del tiempo, el aporte del INTAL se convirtió en una pieza fundamental en el estudio de las diversas dimensiones de la integración regional. En 1988, el entonces Presidente del BID, Enrique V. Iglesias, señalaba: “El legado de estas primeras etapas del INTAL fue su valiosa contribución a la institucionalización de los mecanismos de integración de la región, formando recursos humanos, proveyendo la cooperación técnica adecuada y sirviendo de enlace entre las distintas experiencias subregionales. Por cierto, la gestación de ese núcleo vigoroso de integración a la que convocaba Felipe Herrera es una meta a ser alcanzada; pero desde entonces es rico y amplio el camino recorrido. Ha sido mérito del INTAL haber ayudado a recorrerlo, sorteando obstáculos y diseminando conocimientos, capacitación y aportes técnicos que hoy son ya patrimonio de los diferentes ámbitos institucionales y de países de la región".

En la actualidad, el INTAL se mantiene fiel a sus propósitos originales y ha redoblado sus esfuerzos para apoyar la integración regional en un sentido más amplio, contribuyendo a fortalecer los lazos regionales, trabajando codo a codo con los países de la región para aprovechar las oportunidades y superar los obstáculos que plantea la nueva globalización.

hands
Suscríbase a nuestras alertas por correo electrónico para mantenerse informado sobre las últimas noticias y los próximos eventos.
Suscribir
Tópicos

Descubra los temas en los que estamos trabajando para mejorar vidas en América Latina y el Caribe.

Ver más
Representaciones por País

Explora nuestras representaciones en los diferentes países y el trabajo que realizan para mejorar vidas.

Ver más
Jump back to top