La expansión de la pandemia del coronavirus (COVID-19) está causando disrupciones importantes en la forma como las personas acceden a los bienes y servicios, y, por tanto, en la forma como operan las cadenas de suministro. Las interrupciones inmediatas fueron similares y generalizadas en todo el mundo: papel higiénico, productos de limpieza, alcohol gel, mascarillas y termómetros agotados en los supermercados y farmacias. En palabras de economistas, un shock de demanda de productos esenciales. De manera simultánea las cadenas globales de suministro también están sufriendo un shock de oferta. El origen de la pandemia en China, con el consiguiente cierre de fábricas y la disminución en las operaciones portuarias, aeroportuarias y férreas, ha impactado el suministro de muchas industrias. Asimismo, las restricciones de viaje junto con la implementación de períodos extensos de cuarentena y distanciamiento social que restringen la movilidad de la mano de obra también han ralentizado y/o interrumpido las cadenas de suministro. Por ejemplo, las cuarentenas de hasta 30 días que rigen para las tripulaciones de aeronaves y buques en ciertos países ha resultado en gran stress operativo y financiero para las empresas de transporte aéreo y las navieras.
¿Qué medidas se están tomando a nivel mundial?
A fin de garantizar el abastecimiento de equipos médicos, varios países han implementados medidas para priorizar el suministro al mercado interno tales como:- restricciones a la exportación de productos médicos
- eliminación de aranceles a los insumos médicos
- incentivos fiscales y aduaneros para la producción de máscaras e insumos médicos.
- horarios especiales en supermercados, farmacias y centros médicos para la atención para adultos mayores
- límites al número de productos que pueden adquirirse
En cuanto a la distribución urbana de mercancías, la facilitación del comercio electrónico ha sido crítico para llevar productos de primera necesidad a las poblaciones en aislamiento.
En China, se facilitó la venta de productos vía comercio electrónico, mediante descuentos o eliminación de cargos por el uso de las plataformas, financiamiento y apoyo técnico a las empresas proveedoras. También se permitió temporalmente el uso de drones y vehículos autónomos para la distribución de mercancías, transporte de pruebas médicas y desinfección en las zonas bajo aislamiento, así como la presencia de tecnología autónoma en almacenes para compensar la menor disponibilidad de mano de obra. En Europa se está incrementando el uso de Apps como Glovo o Uber Eats para entrega de alimentos y medicamentos, en muchos casos fomentando la entrega sin contacto humano depositando los paquetes en zonas específicas. Las ciudades europeas también han extendido los horarios de circulación de vehículos de carga, con el fin de reforzar el abastecimiento a supermercados y farmacias. La implementación de protocolos sanitarios ha sido otro común denominador para las empresas del sector, proveyendo a sus empleados de equipo de protección y adoptando estrictas medidas de desinfección periódica de almacenes y vehículos.¿Cuáles son las implicaciones para América Latina y el Caribe?
La región es una de las principales regiones productoras de alimentos del mundo con suficiencia para satisfacer las necesidades de sus habitantes. Sin embargo, ante un eventual aumento de los precios internacionales de los alimentos, los productores podrían optar por exportar. A fin de mantener la seguridad alimentaria en tiempos de crisis, es recomendable incrementar la coordinación a nivel regional, así como la colaboración entre el sector público y privado para monitorear inventarios, acordar prioridades de producción y establecer compromisos de compra por parte del sector público. Dada la naturaleza de las cadenas de suministro y sus dependencias más allá del transporte, como medida general, es clave el establecimiento de grupos de trabajo/comités multisectoriales para la toma de decisión integrada y expedita. Mantener los niveles de producción local de alimentos requiere también asegurar la circulación y la salud de los trabajadores en zonas rurales y urbanas. En ese sentido, es fundamental evaluar el riesgo de los trabajadores del sector logístico (según su rango de edad y condiciones de salud) y definir protocolos de actuación por parte de las autoridades sanitarias para el sector logístico, a fin de reducir riesgos de contaminación de trabajadores y mercancías.
El shock económico provocado por la pandemia requiere también de paquetes de apoyo para los sectores clave en el abastecimiento de productos de primera necesidad e insumos médicos, para responder a los desafíos de liquidez y la ruptura de la cadena de pagos. Asimismo, es fundamental asegurar la circulación del transporte de carga en cadenas de suministro esenciales, simplificando normativas y promoviendo la digitalización de todo proceso que requeriría contacto humano. Algunas medidas que la región debe explorar incluyen:
- realizar acuerdos internacionales para definir protocolos específicos de bioseguridad
- reformular protocolos de inspección y facilitar los trámites de comercio internacional para productos esenciales
- incorporar tecnología de bajo costo para la inspección de la carga
- eliminar restricciones a la carga aérea relacionadas a productos para atender la emergencia COVID-19, así como autorizar derechos de tráfico para vuelos de carga (donde no existen) y eliminar/reducir tasas operativas en los aeropuertos para tales vuelos.
- Finalmente, la facilitación del comercio electrónico y la logística de última milla promoviendo la coordinación con las plataformas de entrega existentes será fundamental para garantizar el acceso a bienes de primera necesidad.